Las celebraciones del Día de la Victoria en Europa fueron realizadas un día antes de que Moscú llevara a cabo un gran desfile militar al que los dirigentes occidentales declinaron asistir.
Polonia abrió las celebraciones con una ceremonia, a medianoche, en la península de Westerplatte (una región emblemática de la resistencia polaca durante la Segunda Guerra Mundial), enclave en el que el 1 de septiembre de 1939 se escucharon los primeros disparos de los invasores nazis.
En Francia, el presidente, François Hollande, depositó una ofrenda floral en la tumba de un soldado desconocido en una ceremonia solemne en París (capital francesa).
"Nosotros no experimentamos la guerra, lo vemos como una realidad lejana, a veces abstracta, aunque no está tan lejos de nosotros, en Ucrania, más aún en el Medio Oriente", advirtió el mandatario francés.
En este sentido, Hollande se refirió a los cientos de ciudadanos franceses que se han unido a las filas de los terroristas en Siria e Irak.
Mientras tanto, como cada 9 de mayo, Moscú recuerda este sábado el Día de la Victoria en la Guerra Patria. Los presidentes de los antiguos países soviéticos Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizia, Tayikistán y Turkmenistán, participan en los actos conmemorativos, junto al mandatario chino, Xi Jinping; el cubano, Raúl Castro; y el venezolano, Nicolás Maduro. Además, los dirigentes indio, egipcio, sudafricano y vietnamita asisten a la parada.
Sin embargo, los líderes occidentales rechazaron participar en este evento, provocando así gran indignación en Rusia. Un grupo de jóvenes rusos publicó el viernes un vídeo que muestra proyecciones gigantes de la bandera de Rusia y un desfile militar ruso sobre las paredes de la Casa Blanca, en Estados Unidos.
El 9 de mayo de 1945, la antigua Unión Soviética y los Aliados lograron frustrar el avance de la Alemania nazi, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial en el continente europeo.
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