"Tuvimos que hacer frente a un hecho obvio: las sanciones solas no hacen el trabajo, ni de cerca" en el caso del programa nuclear de Irán, ha asegurado Kerry este miércoles desde el Centro Nacional de la Constitución estadounidense en Filadelfia (noreste de EE.UU.).
Tuvimos que hacer frente a un hecho obvio: las sanciones solas no hacen el trabajo, ni de cerca", declara el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.
En el marco de su viaje a Filadelfia para defender el logro del consenso Irán-G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), Kerry ha vuelto a reconocer que las sanciones no fueron suficiente para conseguir un acuerdo con Irán.
A juicio del jefe de la Diplomacia norteamericana, incluso los embargos antiraníes, uno de los regímenes más duros de sanciones jamás desarrollados, no pudieron frenar el avance del programa nuclear iraní.
En este contexto, ha advertido de que si EE.UU. rechaza el acuerdo nuclear alcanzado con Teherán, no será capaz de convencer a sus aliados para imponer nuevas sanciones en contra de la República Islámica.
“La mayoría de los países no van a restablecer las sanciones (contra Irán) si se anula el acuerdo”, ha alertado Kerry en medio de las tensiones que se ciernen en el Congreso estadounidense por la votación que tendrá lugar este 17 de septiembre del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).
"La decisión de rechazarlo (el acuerdo) no resuelve nada", ha recalcado el titular norteamericano, quien ha apuntado que es "difícil imaginar un golpe más rápido o autodestructivo para la credibilidad y el liderazgo" de EE.UU. que un voto contrario al pacto en el Congreso.
Además, ha indicado que el apoyo de los científicos nucleares estadounidenses pone de relieve el alto nivel técnico de lo pactado el pasado 14 de julio en Viena (Austria).

Ha señalado también que cuando el presidente de EE.UU., Barack Obama y su homólogo iraní Hasan Rohani, lanzaron el proceso de negociaciones en 2013, Irán ya "estaba en el umbral de ser un Estado nuclear".
"En la administración de Obama éramos muy conscientes sobre este hecho preocupante y, lo más importante, es que estábamos respondiendo a eso", ha añadido en su intervención de una hora.
De otro lado, ha afirmado que sin el JCPOA, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no tendría permiso para inspeccionar las instalaciones nucleares de la República Islámica.
Pero, en estos momentos, la AIEA tiene la autorización de supervisar dichos sitios, en caso de disponer pruebas fidedignas de un posible desvío del programa nuclear, además de ser capaz de vigilar el enriquecimiento de uranio de Irán por un periodo de 20 años.
Ha asegurado que con el JCPOA, el número de las centrifugadoras del país persa disminuirán hasta dos tercios en los próximos 10 años.
Irán y el G5+1 alcanzaron el pasado 14 de julio el JCPOA, el cual busca la eliminación de las sanciones antiraníes a cambio de algunas restricciones al programa de energía nuclear del país persa.
El texto del JCPOA fue aprobado por unanimidad el 20 de julio por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), la mayoría de los republicanos rechaza el consenso nuclear.
Las partes implicadas en los diálogos nucleares opinan que un posible acuerdo final beneficiará a todo el mundo, sobre todo a la región de Oriente Medio, donde reforzará la seguridad.
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