La marcha empezó el sábado en el parque Kelvingrove, en el oeste de la ciudad, y se dirigió al parque Glasgow Green. Ahí los manifestantes ondearon banderas escocesas compuestas por un aspa blanca sobre fondo azul como un símbolo de independencia.
El acto fue convocado por los escoceses ordinarios, no los partidos políticos, declaró Neil Mackay, uno de los organizadores, antes de la marcha.
Mackay aseveró que la acción tenía como objetivo mostrar el apoyo decidido y el deseo de Escocia de ser independiente del Reino Unido y afirmó que continuarán sus esfuerzos y movilizaciones hasta que se cristalice su demanda.
En una respuesta a las llamadas para otra consulta en Escocia, el primer ministro británico, David Cameron, declaró el martes que no había necesidad de otro, haciendo hincapié en que ningún referéndum tendría lugar mientras él está en el cargo (al menos hasta 2020).
Sin embargo, la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, respondió el viernes que “ningún político tiene derecho a interponerse en el camino” de otro referéndum sobre la independencia.
El 18 de septiembre del año pasado, el 55,3 por ciento de los escoceses dijo ‘no’ a la independencia. Se informó de fraude electoral en el referéndum, celebrado en ausencia de observadores internacionales.
La segunda reside en la cuestión de la Unión Europea (UE), ya que Escocia podría ser llevada fuera del bloque comunitario por el Reino Unido, pese a haber votado como nación por la permanencia.
El pasado mes de abril, asimismo, Nicola Sturgeon informó de la posibilidad de celebrar otro referéndum por la independencia.
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