Además de referirse a la voluntad de la reapertura de la embajada británica en el país persa, enfatiza en que el cierre de las conversaciones provocará cambios relativos en la capacidad de las interacciones comerciales entre los dos países.
Asimismo, declara que con el levantamiento “gradual” de las sanciones antiraníes, que se llevará a cabo tras la verificación de los compromisos que tiene Irán en el marco del Plan Integral de Acción Conjunta, se iniciará una nueva etapa en el comercio entre las partes.
Además, promete apoyo a quienes están dispuestos a comerciar con Irán, es decir en donde no hay restricciones y sanciones, para después volver a reiterar la voluntad de reabrir la embajada británica en cuanto se eliminen algunos desafíos.
Sin embargo, insiste en que a pesar de que Irán es un mercado emergente con altas oportunidades, es un país desafiante para los negocios y existen muchos riesgos, por lo que aconseja a los comerciantes británicos a considerar todas las sanciones.
En otra parte, hace alusión a las sanciones no vinculadas al programa de energía nuclear de la República Islámica de Irán y destaca que éstas seguirán en marcha sin cambio alguno.
Después de que los parlamentarios iraníes votaran el 27 de noviembre de 2011 a favor de suspender los lazos diplomáticos con el Reino Unido, en respuesta a la implementación de sanciones antiraníes, cientos de estudiantes protagonizaron una protesta frente a la embajada británica en Teherán.

Como represalia el Gobierno británico retiró, el 30 de noviembre, a su personal diplomático de Irán, y pidió a la delegación persa que abandonara el país europeo.
Sin embargo, a principios de octubre de 2013, Irán y el Reino Unido acordaron nombrar encargados de negocios no residentes, como primer paso hacia la preparación del terreno para la normalización de los lazos, y el 20 de febrero reanudaron oficialmente las relaciones diplomáticas directas.
Irán y el Sexteto (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania) anunciaron el martes 14 de julio las conclusiones de los diálogos sobre el programa de energía nuclear con un texto de un acuerdo pendiente de ser aprobado por las partes involucradas.
Tal y como asegura la conclusión, basada en el respeto de las líneas rojas de Irán, las potencias mundiales reconocen el programa nuclear civil de Irán, incluyendo el derecho del país persa para el ciclo nuclear completo, además de que busca la eliminación de las sanciones antiraníes a cambio de algunos límites al programa de energía nuclear de Irán.
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