Ángel Pérez, de 33 años, ha declarado que varios agentes del Departamento de Policía de Chicago le arrestaron y le llevaron sin ningún respeto a una habitación escasamente amueblada para torturarle bajo el pretexto de poseer drogas.
Pérez, asimismo, ha agregado que la habitación olía muy mal y recordaba ver manchas de sangre en varias partes del lugar.
Más adelante, ha subrayado que uno de los policías le agredió sexualmente con un objeto de metal que, a su juicio, fue una pistola.
“Entré en un ataque de pánico”, ha dicho Pérez, para luego añadir que no solo no tenía un abogado que lo defendiera, sino que no mantuvo contacto con nadie durante muchos días.
Contra Pérez no se presentó ningún cargo, pero él trató de presentar, en 2013, una demanda por daños y perjuicios.
Perez es uno de los trece detenidos que ha concedido entrevistas al diario británico desde febrero, tras haber estado durante varios días en el centro de detención “Homan Square”, sin asistencia legal ni un registro de su paradero.
Según los informes, la mayoría de los detenidos eran de clase baja, entre ellos afroamericanos e hispanoamericanos
Todos los encarcelados ponen de relieve que estaban en un entorno de coacción, mientras que, actualmente, sólo algunos han aceptado el abuso sexual.
“Estuve en el lugar durante tres días consecutivos, sin hablar ni una palabra, no llamé a nadie”, dijo el pasado febrero Terry, una de las vícitimas, y agregó que sus padres llamaron a las estaciones de Policía, pero no pudieron localizarle.
Al respecto, otro ciudadano de nombre Roger, dijo al diario: “Fui detenido durante 24 horas sin agua ni comida; los agentes limitaron mi acceso a un abogado”.
La revelación de dicha instalación secreta generó una ola de protestas en Chicago y, en marzo, cientos de activistas de Chicago salieron a las calles para pedir una investigación rápida sobre el centro de detención.
Este lugar negro como la cárcel de Guantánamo permite a los servicios estadounidenses detener ilegalmente a las personas, interrogarlas, privarlas de alimento y agua y torturarlas, según el periódico.
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