• La relatora especial de las Naciones Unidas para Myanmar (Birmania), Yanghee Lee
Publicada: martes, 17 de marzo de 2015 8:24

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresa una vez más su preocupación por las difíciles condiciones en que sobrevive la minoría musulmana rohingya en los campos de refugiados en Myanmar (Birmania).

Yanghee Lee, calificó de desastrosa la situación de la minoría musulmana, que se vio obligada a abandonar sus hogares como consecuencia de la violencia ejercida en su contra

La relatora especial de las Naciones Unidas para este país sureste asiático, Yanghee Lee, calificó de desastrosa la situación de la minoría musulmana, que se vio obligada a abandonar sus hogares como consecuencia de la violencia ejercida en su contra.

En un discurso pronunciado el lunes, en la sede de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), la diplomática surcoreana lamentó que predomine un ambiente de discriminación racial y étnica en el estado de Rajine (oeste).

Tras destacar la existencia de una enemistad profunda entre los grupos étnicos y religiosos de este país, Yanghee criticó la falta de una investigación fidedigna sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas contra Rohingyas entre los años 2012 y 2014 en Myanmar.

La funcionaria de la ONU había criticado la discriminación ejercida contra esa minoría musulmana tras una visita que realizó a ese país a finales del pasado mes de enero. Por las críticas que formuló fue insultada posteriormente por monjes birmanos de más alto rango. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pasado febrero, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al-Husein, calificó de preocupante la situación en la que viven un millón de musulmanes rohingyas en este país.

Actualmente, unos 140.000 rohingyas se encuentran en campos de refugiados atendidos por organizaciones internacionales y otros 40.000 viven desplazados y sin asistencia tras los brotes de violencia entre esta minoría y la mayoría budista en Rajine, en junio y octubre de 2012.

Otros 300.000 musulmanes de esa comunidad sobreviven en los campos de refugiados en Bangladés, país vecino que tampoco los acepta.

El Gobierno de Naipyidó no reconoce la ciudadanía a los rohingyas, a los que considera inmigrantes ilegales, pese a que esta minoría está presente en Rajine desde hace siglos.

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