• F-15 Eagle de la Royal Saudi Air Force durante la Operación Escudo del Desierto
Publicada: miércoles, 11 de marzo de 2015 11:50
Actualizada: miércoles, 8 de julio de 2015 8:58

Un nuevo informe ha puesto de relieve que la mayor parte de las armas que tienen como destino Oriente Medio se almacenan en Arabia Saudí.

De acuerdo con el documento realizado por expertos del IHS Janes, en Londres, el reino saudí es el primer y principal importador de equipamientos militares a nivel mundial. Este país superó a la India en este contexto, durante el año 2014, con una compra por valor de 6400 millones de dólares.

Riad experimentó un aumento del 54 por ciento en 2014, y se estima que, en 2015, tenga otra subida de un 52 % para alcanzar los 9800 millones de dólares. Cabe mencionar que, en este año, Arabia Saudí emplea uno de cada siete dólares destinados a la compra de armas, cuyo proveedor principal es Estados Unidos.

En este artículo pretendemos analizar el porqué del aumento drástico de la compra de armas por Riad y las consecuencias de tales medidas para el país árabe.

Situación en Oriente Medio

Arabia Saudí se esfuerza por establecer su hegemonía en Oriente Medio, tanto ideológica, con la exportación del wahabismo para aislar o eliminar otras ideologías como el Islam chií, cuyo garante es la República Islámica de Irán, como militar. Por lo que recurre a todo lo que esté a su alcance para materializar estos objetivos, además de la guerra psicológica con los medios de comunicación o la física, mediante su apoyo a los grupos armados de ideologías extremistas antichiíes.

Amén de los informes sobre la cantidad de armas que compra Riad, hoy, se leen y se escuchan numerosas declaraciones que ratifican estas afirmaciones, y presentan a Arabia Saudí como el principal exportador de terrorismo en Oriente Medio. En este sentido, la vicepresidenta del Parlamento de Alemania, Claudia Roth, en una entrevista concedida al diario germano Die Welt, aseguró que una gran parte de los extremistas jóvenes que luchan en las filas de los grupos terroristas en países como Siria, Irak y Afganistán provienen de Arabia Saudí.

A esto se suman las afirmaciones del jefe de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí, Hasan al-Senid, quien subrayó que los servicios de Inteligencia saudíes secundan a los grupos terroristas que operan en Irak, Siria y El Líbano. Asimismo, el ministro de Información de Siria, Omran al-Zoubi, acusó a Riad de ser garante de un terrorismo internacional que ha provocado el caos en la región de Oriente Medio.

Estos vínculos entre Arabia Saudí y los grupos armados, también, fueron revelados por un cabecilla de los terroristas de Daesh, arrestado por las fuerzas iraquíes en la provincia de Al-Anbar, en el oeste de Irak, quien dijo que la política que sigue Al Saud en cuanto a la crisis siria no es nada coherente, las autoridades saudíes aspiran a una guerra violenta y sangrienta en Siria.

Aparte de Irak y Siria, Arabia Saudí pretende aumentar su presencia y poderío en Yemen y Baréin, países sumergidos en movimientos populares. Razón por la cual, en los últimos años, hemos sido testigos de la creciente presencia de fuerzas y equipamiento militar saudíes en estos países.

En Baréin, los agentes secundados por Al Saud están reprimiendo a los chiíes, que exigen una reforma estructural en el país. De cierta manera, se puede decir que esa ayuda militar de los saudíes ha sido un obstáculo en el camino de la revolución bareiní.

En igual situación se encuentra Yemen. De acuerdo con informaciones filtradas por la página Web emiratí ‘Hournews’, citando a fuentes anónimas en el Ministerio saudí de Defensa, Riad ha suministrado armas sofisticadas a los grupos opositores al movimiento chií Ansarolá (Houthi), en su vecino sureño. Además detalló que las fuerzas fronterizas de Arabia Saudí, que cuentan con la colaboración de funcionarios castrenses yemeníes, han entregado una gran cantidad de misiles portátiles Sam7 (tierra-aire), así como rifles de asalto Ak-47 a detractores de los Houthi.

Todo esto muestra por qué Riad es ahora el mayor comprador mundial de armas, con importaciones por valor de 6400 millones de dólares. Una suma que podría invertir en la infraestructura del país y el bienestar social de su población.

Si bien el país árabe es el mayor exportador de crudo del mundo, su economía emplea alrededor del 45 % de su Producto Interior Bruto nominal en este campo, al comparar la superficie del país, 2.149.690 km, y una población de más de 29 millones de habitantes, hay factores que reflejan la incapacidad del gobierno a la hora de garantizar una gestión óptima de su economía nacional.

Hay numerosos informes, como el de la propia Asamblea Consultiva de Arabia Saudí (Shura), que ponen de relieve que alrededor del 22 por ciento de los ciudadanos de este país árabe viven por debajo del umbral de la pobreza.

Otro informe publicado en febrero de 2013 por el diario árabe Al-Hayat revela que la cifra de suicidios entre los jóvenes saudíes está creciendo, debido a la miseria extrema y la catastrófica situación económica que azota a sus familias, quienes se ven incapaces de satisfacer sus necesidades básicas. El diario añadió que más del 84 % de las personas que recurren a esta práctica son menores de 35 años de edad, un tema cuya respuesta se puede buscar en una tasa de desempleo del 35 %, según lo anunciado por la revista 'The Economist'.

Por tanto, el empleo que hacen las autoridades saudíes de sus inmensos ingresos petroleros en la compra de armas y el apoyo de los movimientos extremistas en Oriente Medio, como Irak, Siria, Afganistán, Paquistán, Yemen u otras regiones como Chechenia, para establecer su hegemonía ideológico-militar, han dejado al país frente a cinco bombas de relojería que amenazan su futuro; la pobreza, el desempleo, la explosión demográfica, el uso indiscriminado del combustible y la falta de fuentes alternativas de ingresos.

No obstante y con todo lo expuesto, hay que decir que estas armas no benefician solo a Arabia Saudí para materializar sus objetivos, sino que favorecen aún más a los europeos y a Estados Unidos, quienes se benefician de la situación en la región de Oriente Medio. Una circunstancia que ha motivado a los países árabes a armarse hasta los dientes ante un eventual ataque. Hecho que ha convertido a Oriente Medio en el mayor mercado regional para la venta de armas, con unos 110.000 millones de dólares de importaciones potenciales en los 10 próximos años y, en cierta forma, ha contribuido al enriquecimiento de la economía afectada occidental por la crisis.