“Un aumento rápido en el número de los extremistas alemanes o los llamados repatriados, quienes recibieron el entrenamiento paramilitar y se radicalizaron aún más- presentan un reto a largo plazo para nuestra seguridad”, destacó la portavoz del Ministerio del Interior, Pamela Muller-Niese.
Un aumento rápido en el número de los extremistas alemanes o los llamados repatriados, quienes recibieron el entrenamiento paramilitar y se radicalizaron aún más- presentan un reto a largo plazo para nuestra seguridad”.
Al informar que más de un tercio de los 680 alemanes que viajaron a Oriente Medio para unirse a Daesh ya ha regresado al país europeo; la portavoz subrayó que la policía de Alemania están experimentando dificultades en la lucha contra los extremistas.
Muller-Niese declaró que, a la luz de los recientes ataques terroristas motivados por los integrantes de EIIL en Bruselas (capital de Bélgica), París (capital de Francia) y Copenhague (capital de Dinamarca), el Ministerio alemán del Interior pone los organismos de seguridad en alerta.
La funcionaria alemana, también, aseveró que el Ministerio ha reforzado a las instituciones de seguridad con nuevo personal, añadiendo 750 puestos de trabajo a las agencias federales.
Muller-Niese señaló que el nivel de la amenaza que representa el terrorismo no solo es un desafío para las agencias de seguridad de Alemania, sino para la cooperación internacional.
Hasta ahora, Berlín ha tenido éxito en la prevención de varios ataques terroristas. El pasado abril, una pareja fue arrestada en la ciudad de Fráncfort, después de una redada en su casa se descubrieron las sustancias químicas para fabricar bombas y armas pesadas.
Según las estimaciones del Centro Nacional Antiterrorista de EE.UU. (NCTC, por sus siglas en inglés), más de 20 000 extranjeros de 90 países, entre los que figuran miles de ciudadanos estadounidenses y europeos, se han unido a los terroristas del EIIL para luchar en sus filas y expandir la ideología takfirí en Irak y Siria.
Actualmente, la banda takfirí, con miles de integrantes extranjeros en sus filas, opera en Irak y Siria, y en su intento por adueñarse del territorio de estos dos países, comete crímenes de lesa humanidad contra todos los grupos étnicos y religiosos, incluidos chiíes, suníes, kurdos y cristianos, mujeres y niños…
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