“Las posturas de EE.UU. y Francia suponen una violación flagrante de los principios de las Naciones Unidas sobre el respeto a la soberanía de los Estados y no interferir en sus asuntos internos”, ha señalado una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio, citada por la agencia de noticias oficial siria, SANA.
La fuente indica que ambos países occidentales han demostrado una vez más “su alianza con los grupos terroristas, ya que tratan de elevar la moral de los terroristas tras las derrotas sucesivas que los mercenarios han experimentado ante el Ejército sirio”.
La Cancillería siria ha recordado que la legitimidad de un mandatario depende de la decisión de su pueblo y no de las declaraciones de ciertos países que tienen la ideología “colonialista” y una “mentalidad hegemónica” que “son la razón principal de las tensiones en el mundo”.
La Cancillería siria ha recordado que la legitimidad de un mandatario depende de la decisión de su pueblo y no de las declaraciones de ciertos países que tienen la ideología “colonialista” y una “mentalidad hegemónica” que “son la razón principal de las tensiones en el mundo”.
El jefe de la Diplomacia francesa, Laurent Fabius, y una portavoz del Departamento de Estado estadounidense afirmaron el sábado que la renuncia al poder de Al-Asad debe ser parte de una solución diplomática para la crisis siria.
Esos comentarios se produjeron un día después de que el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura, precisara que cualquier solución para los conflictos en Siria tiene que involucrar a Al-Asad.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de sangrientos conflictos armados provocados por mercenarios procedentes de varios países del mundo que reciben el apoyo de Occidente y sus aliados regionales para derrocar al Gobierno legítimo de Damasco.
En los recientes años, Estados Unidos y Francia han sido algunos de los principales patrocinadores de los grupos extremistas en el Oriente Medio y utilizando el terrorismo para lograr sus objetivos, tales como el derrocamiento de Al-Asad, han allanado el camino para la expansión de este flagelo en la región.
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