Las redadas racistas son las identificaciones policiales a personas por el color de su piel. Las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos (Bvodh) llevan años denunciándolas, y este jueves han presentado su último informe, con 800 casos en dos años. Aseguran que pese a las palabras de los responsables políticos, los controles racistas continúan, aunque más discretos.
Las brigadas reciben avisos por las redes sociales, en los puntos donde se producen las identificaciones. Sus activistas se desplazan al lugar con los chalecos, e informan de la ilegalidad de los controles. Los agentes de policía suelen finalizar la redada, pero no siempre.
Además, la próxima entrada en vigor de la Ley de Seguridad Ciudadana y la reforma del Código Penal ha puesto en alerta a los defensores de derechos humanos. En especial, critican las devoluciones de inmigrantes en la frontera.
Precisamente este jueves el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha recurrido al Tribunal Constitucional (TC) las llamadas devoluciones en caliente, es decir, las devoluciones de inmigrantes en la frontera con Marruecos.
Eduardo López-Jamar, Madrid.
smd