La campaña militar que comenzó la llamada coalición internacional liderada por Arabia Saudí contra Yemen, en 2015, ha tenido consecuencias devastadores para el país más pobre del mundo árabe, sobre todo en la población infantil de la que unos 10,3 millones no cuentan con alimentos diarios suficientes. Según datos de las Naciones Unidas, 1,8 millones de menores de cinco años se enfrentan a la malnutrición aguda en Yemen.
Un poco de comida habría sido suficiente para evitar esta muerte. Pero dos tercios de la población dependen de la ayuda alimentaria en Yemen donde hay más de 3 millones de desplazados internos no solo por la guerra saudí sino también por un conflicto interno. Los padres observan como los cuerpos de sus bebés se van reduciendo y su condición va empeorando día a día.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) dice que el 80 % de la población necesita ayuda solo para pasar el día. Alerta de que el fantasma de la hambruna ha vuelto.
La ONU denunció que la guerra ha devastado las vidas de decenas de millones de yemeníes, y al diezmar la infraestructura del país ya ha revertido su desarrollo “por décadas”.
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