Según muestra la cámara de un corresponsal de la agencia de noticias BBC, la cárcel se utilizaba para detener y castigar a los sirios antes de ejecutarlos en la ciudad ante los ojos del pueblo.
De acuerdo con un testigo, los terroristas de Daesh interrogaban a sus prisioneros respecto a cuestiones religiosas, en condiciones infrahumanas, para “quebrar su voluntad".
En esta prisión también se han hallado documentos relativos a los interrogatorios religiosos a los que eran sometidos los prisioneros. Las documentaciones encontradas muestran que la gente era calificada de 0 a 100. Si estaban por debajo de 50, eran torturados.
Algunas de las celdas de tortura empleadas eran tan pequeñas que los cautivos nunca pudieron recostarse ni extender los brazos, ya que la distancia entre las paredes superaba apenas el ancho de los hombros.
Otras celdas también albergaban hasta 15 prisioneros al mismo tiempo y contaban con un solo un baño para que las víctimas supieran que iban a pasar largo tiempo allí. Además, se sentían "afortunadas" por no estar en las celdas de confinación solitaria.
La ciudad de Manbij, situada en la provincia norteña de Alepo y controlada por Daesh desde hace dos años, ha servido como un punto de cruce fronterizo desde donde los extremistas extranjeros se unían al EIIL desde Turquía.
Sin embargo, las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), apoyadas por EE.UU., han avanzado recientemente hasta el centro de la ciudad y están a un paso de arrebatar el control de la urbe a Daesh.
En las últimas semanas, se han intensificado las operaciones antiterroristas del Ejército y las fuerzas kurdas en las provincias de Alepo y Al-Raqa (norte) a fin de poner punto y final a la presencia terrorista en el territorio sirio.
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