Fue hace casi un año, cuando las fuerzas rusas entraron en el territorio ucraniano en medio de una operación militar que según Moscú, busca desnazificar a Ucrania. A su vez, Rusia lamenta que los occidentales no den señales de querer resolver el conflicto a través del diálogo.
El Kremlin, sostuvo que la acción militar fue una respuesta obligada al expansionismo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia sus fronteras.
Para poner fin al conflicto planteó condiciones que tanto Ucrania como Occidente rechazaron. Moscú, lamenta, que en las circunstancias actuales, los occidentales no aboguen por el diálogo.
Según algunos cálculos, hasta noviembre del año pasado, Europa y Estados Unidos han enviado a Ucrania unos 109 mil millones de euros en ayuda financiera, humanitaria y militar.
Sin embargo, Bruselas sostiene que se deben intensificar aún más las entregas de armas al Gobierno de Volodímir Zelenski.
Los ucranianos están luchando, pagando el precio más alto con sus vidas, aunque Occidente dice estar decidido a proveer armas a Ucrania, en los países europeos muchos han comenzado a preguntarse sobre los impactos económicos de las asistencias militares, o si el envío de armas letales a Kiev, podría extender la guerra hacia otros territorios europeos.
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