La portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova, denunció el jueves la escalada de tensiones en las partes fronterizas de Siria con Turquía que actualmente están bajo el control del Gobierno de Ankara y sus fuerzas.
“Estamos preocupados por las tensiones que aumentan cada vez más en las zonas de la frontera sirio-turca (…) Condenamos con firmeza los ataques terroristas que provocan víctimas civiles”, aseveró, en un comunicado emitido en la página web de la Cancillería rusa.
Zajarova reaccionó, de este modo, a un atentado con coche bomba perpetrado el martes en la ciudad siria de Afrin, controlada por las fuerzas turcas y los llamados rebeldes sirios, durante el cual al menos 46 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron y más de 50 resultaros heridas.
Ante tal situación, la vocera rusa destacó la necesidad de que tales territorios vuelvan bajo el control del Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, respetando así la soberanía e integridad territorial de Siria.
“Estamos convencidos de que el establecimiento de una estabilidad y seguridad duraderas y a largo plazo en las zonas de la frontera sirio-turca y en todo el país solo se consigue mediante el restablecimiento de su soberanía, independencia, unidad e integridad territorial”, insistió.
Por otro lado, Zajarova recordó el derecho de Siria a limpiar su territorio de los grupos terroristas, tal y como exigen las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre la lucha antiterrorista.
Sin la autorización del Gobierno de Damasco, Ankara ha desplegado militares y ocupa varias partes en las zonas norteñas de Siria, so pretexto de combatir a las milicias kurdas, a las que considera terroristas.
Por su parte, el Gobierno de Damasco —que está cerca de erradicar definitivamente a los grupos terroristas y armados— denuncia la violación de su soberanía por los militares turcos y asegura que está decidido a hacer frente a la ilegal agresión de Ankara.
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