El partido ha tenido lugar este viernes, en un contexto a la vez navideño y preelectoral, en una pista de invierno abierta hace pocos años entre las murallas del Kremlin y una galería comercial de lujo de la capital rusa, Moscú.
Putin, de 65 años, ha jugado junto a antiguas estrellas retiradas de este deporte como Viacheslav Fetisov —oro olímpico en Sarajevo 1984 (Yugoslavia) y Calgary 1988 (Canadá)—o Pavel Bure —medalla de plata olímpica en 2018 en Nagano (Japón)—, además del ministro de Defensa Serguéi Shoigú y otros responsables políticos.
El jefe de Estado de la Federación Rusa, octavo dan de yudo y jugador ocasional de hockey, es aficionado a las exhibiciones deportivas y suele participar anualmente en partidos como el de este viernes.
Además de prodigarse en las pistas de hielo, el mandatario gusta de divulgar imágenes de sí mismo en pose deportiva, ya sea a caballo con el torso desnudo, haciendo submarinismo, volando en ala delta, practicando llaves de artes marciales o apagando incendios desde el aire, subido a un bombardero de agua.
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