El vicecanciller iraní para Asuntos Políticos, Ali Baqeri Kani, afirmó en un programa televisivo divulgado el lunes, que Teherán no busca tensiones y durante los últimos siete meses, ha utilizado todas sus capacidades nacionales, regionales e internacionales para detener la expansión de las tensiones en la región.
Destacó la interacción que mantiene Teherán con todos los países de la región y con las autoridades extranjeras, incluso tanto cuando su consulado en Siria fue invadido por Israel como cuando decidió dar una respuesta legal a esta agresión.
“La solución a la estabilidad en la región es que el elemento que crea inestabilidad en la zona se sienta a su puesto”, subrayó, enfatizando que todos reconocieron que el régimen sionista es la causa de la inestabilidad.
El vicecanciller afirmó que las medidas que tomó Irán para defender su seguridad nacional, demostraron que un país como la República Islámica de Irán tiene tanto el poder como la voluntad de impedir que pongan en riesgo la seguridad de la zona.
“El loco tiene que pagar el precio de la locura y el que socava la estabilidad tiene que pagar su costo. Todos los países de la región abogan por la estabilidad de la zona”, agregó.
Baqeri sostuvo que en la operación punitiva “Verdadera Promesa” Irán demostró que es el garante de la seguridad, resaltando que Irán no ha alquilado su capacidad militar y no depende de nadie, y busca proteger su seguridad nacional e integridad territorial.
El alto diplomático iraní añadió que la República Islámica de Irán es un peso estabilizador entre la región del Golfo Pérsico y Levante, la operación “Verdadera Promesa” reveló concretamente este papel estabilizador de Irán.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán llevó a cabo con éxito la madrugada de 14 de abril la operación punitiva Verdadera Promesa con misiles y drones contra bases militares israelíes después de que el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, prometiera un castigo duro para los responsables del ataque del consulado iraní en Damasco, capital siria, que provocó el asesinato de siete asesores militares del país persa.
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