“Condenamos enérgicamente la represión de las manifestaciones pacíficas del pueblo francés”, escribió el viernes el ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, en su cuenta de Twitter.
Asimismo, hizo un llamado “al Gobierno francés para que respete los derechos humanos y se abstenga de usar la fuerza contra la gente de su país que persigue pacíficamente sus demandas”.
El tuit del jefe de la diplomacia persa se publicó en momentos en que el pulso contra la reforma de las pensiones aprobada por el presidente francés, Emmanuel Macron, continúa en las calles de muchas ciudades galas con protestas masivas, reprimidas violentamente por la Policía.
El jueves, en la novena jornada de manifestaciones, unos 3,5 millones de personas en todo el país, y más de 800 000 en París, la capital, participaron en las movilizaciones, huelgas y paros. Hubo incidentes y choques entre manifestantes y policías que provocaron 172 detenciones y 149 agentes heridos.
A pesar de que los grupos de derechos humanos denuncian la campaña de represión policial contra manifestantes, el jefe de Estado galo ha apoyado a las fuerzas de orden y su respuesta a las protestas. Macron utilizó el término “muchedumbre” para referirse a esas manifestaciones y comparó las protestas con el asalto al Capitolio de Estados Unidos ocurrido en enero de 2021.
El Consejo de Europa, a su vez, fustigó a París por usar la “fuerza excesiva” contra manifestantes y expresó su inquietud por “la detención y puesta bajo custodia policial” de opositores, ya que ello puede llegar a vulnerar “el derecho a la libertad y a la seguridad” de las personas.
Teherán ha denunciado una y otra vez el doble rasero de Francia y algunos otros países europeos en materia de los derechos humanos. París ha respaldado los disturbios, apoyados desde en exterior, ocurridos en los últimos meses en Irán en nombre de “libertad de expresión y manifestación”, mientras que ha respondido con mano dura a las protestas antigubernamentales en casa.
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