En una conversación por videoconferencia mantenida este domingo, Ali Asqar Jayi, el asesor principal del ministro iraní de Asuntos Exteriores para asuntos políticos, y el enviado especial de ONU para Yemen, el sueco Hans Grundberg, han abordado la situación del país árabe, que sufre una guerra hace siete años.
Según un comunicado de la Cancillería persa, el diplomático iraní ha expresado las preocupaciones de Teherán por la escalada de tensiones y el aumento de los ataques aéreos de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí contra áreas residenciales y civiles en el territorio yemení.
Ante tal situación, ha instado a la ONU y la comunidad internacional a un mayor esfuerzo con el objetivo de poner fin a la guerra y levantar el inhumano asedio impuesto contra la nación yemení.
Por su parte, el representante de la organización mundial ha elogiado el papel destacado de Teherán en la contribución a la paz en este país árabe, tal y como se lee en el texto. Además, Grundberg ha explicado los esfuerzos de la ONU para levantar el bloqueo, establecer un alto el fuego y reanudar las conversaciones políticas en Yemen.
El 25 de enero, el representante permanente de Irán ante ONU, Mayid Tajt Ravanchi, denunció las violaciones sistemáticas y graves del derecho internacional humanitario en el país árabe, lo que “ha llevado al asesinato selectivo de civiles, incluidas mujeres”.
De hecho, hizo hacer hincapié en que el Consejo de Seguridad (CSNU) tiene el deber de garantizar la protección de los civiles, obligar a los violadores del derecho internacional y de los DD.HH. a cesar de inmediato a sus horrendos crímenes y llevarlos ante la justicia.
Riad y sus aliados, apoyados por EE.UU., iniciaron en marzo de 2015, una campaña bélica contra Saná para restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y aplastar al movimiento popular Ansarolá, los objetivos que no se materializaron, gracias al creciente poder de las fuerzas yemenís, pero dejaron un alto número de civiles muertos.
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