“Israel está jugando con fuego”, así lo advierte Palestina, luego de la decisión del gabinete de Benjamín Netanyahu, de acortar la cantidad de procedimientos para la aprobación de nuevos asentamientos en la ocupada Cisjordania.
La noticia llega mientras el régimen de Tel Aviv se prepara para dar el visto bueno a más de 4 mil viviendas en el territorio palestino. Judea y Samaria, es el nombre, que el régimen de Israel da a lo que internacionalmente se conoce como Cisjordania, la región que por decisión de EE.UU. y el Reino Unido, entre otros, se mantiene bajo el control de la ocupación.
Efectivamente, si el régimen de Tel Aviv pone nombre a unos territorios que no le pertenecen, es porque a estas tierras ha trasladado a unos 460 mil israelíes. Tampoco oculta su intención de anexionarlos a los territorios, que ya, unilateralmente, los considera como suyos.
Este domingo, el gabinete israelí, aprobó una ley que recorta de cuatro a dos los pasos para conseguir los permisos de construcción y que otorga al ministro de finanzas, Bezalel Smotrich, la autoridad para dar luz verde a estos nuevos asentamientos.
El objetivo es aumentar el número de colonos de manera que los palestinos no puedan reclamar, después, sus tierras en esta zona.
De hecho, buscan llenar estos territorios de colonos, de manera que sea imposible sacarlos de allí. Tan solo en el actual gabinete, se han aprobado más de 7 mil viviendas y está previsto que la próxima semana, se dé luz verde a la construcción de otras 4500.
Desde Palestina, aseguran, que Israel está cruzando su línea roja: las facciones palestinas urgen a la comunidad internacional, una respuesta firme a las prácticas expansionistas de Israel.
A su vez, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), dijo que esto solo aumentaría las tensiones en la región.
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