Según ha informado el diario sirio Al Watan, unos 800 colonos entraron en el recinto desde la puerta Al-Mugrabi con una fuerte escolta militar.
La policía ya había desalojado la Explanada de las Mezquitas —la Mezquita Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca—, de los musulmanes que habían acudido para rezar en el día de Arafat, un día antes del Eid Al-Adha, la gran fiesta musulmana del Sacrificio.
Según fuentes palestinas, las fuerzas de seguridad del régimen israelí arrestaron a cinco jóvenes palestinos en la Mezquita Al-Aqsa.
Grupos radicales sionistas habían convocado a los colonos para atacar la Mezquita Al-Aqsa.
Este tipo de profanaciones tienen lugar con frecuencia por parte de los colonos y fundamentalistas, que lo cometen en presencia de la policía israelí.
La Mezquita Al-Aqsa es considerada como símbolo nacional de Palestina. Israel, que se considera a sí mismo propietario de los territorios palestinos, sueña desde el inicio de su ocupación con destruir este centro de culto a fin de transformarlo en un templo judío.
Por su parte, las autoridades palestinas han advertido que cualquier medida que cambie el estado religioso e histórico de la Mezquita Al-Aqsa, en concreto, deteriorará la situación y provocará una escalada de la tensión en la ocupada Palestina.
El 20 de mayo, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) advirtió al régimen del Tel Aviv de las consecuencias por cualquier “acto estúpido” en la Mezquita Al-Aqsa, enfatizando que finalmente liberará este lugar de la ocupación israelí.
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