Se acerca el 1 de julio, fecha en la que Israel promete empezar a anexionarse más partes del territorio palestino; en la ocupada Cisjordania. El secretario general de la ONU, António Guterres, le advierte que no lo haga.
Ante un panel del Consejo de Seguridad de la ONU, la Liga Árabe y otros países han instado a Israel a abandonar sus planes de expansión unilaterales. Por otra parte, más de 1000 eurodiputados y legisladores nacionales de 25 países de Europa han exigido en una carta dirigida a los líderes europeos, que eviten por todos los medios esta anexión. Argumentan que viola el derecho internacional y arruinará las esperanzas de paz.
Lamentan que el presidente Donald Trump, con su llamado “acuerdo del siglo”, haya dado luz verde a los planes expansionistas israelíes.
Mientras en los territorios palestinos protestan y esperan el momento de la verdad, en lugares como Ariha, Jericó, en Cisjordania, se preguntan qué será de sus tierras, si Israel se anexa el fértil Valle del Jordán. Un agricultor palestino ve sus cultivos como un “acto de resistencia” contra la ocupación de Israel.
Movimientos palestinos como HAMAS y Al-Fatah llaman a la resistencia, a la protesta y a una revolución masiva contra la anexión. Cientos de israelíes también protestaron en Tel Aviv contra la anexión patrocinada por Trump, cuyo Gobierno sostiene que es una decisión que le atañe a Israel.
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