Por: Xavier Villar
Durante el primer día de su viaje, Pezeshkian sostuvo reuniones individuales con el presidente, el primer ministro, el presidente del Poder Judicial, los líderes del Marco de Coordinación de las fuerzas chiíes de Irak y el primer vicepresidente del Parlamento iraquí.
Además, se reunió con iraníes residentes en Bagdad, participó en encuentros con empresarios activos en Irak.
En el segundo día, el presidente de la República Islámica de Irán se trasladó a Erbil y Sulaymaniyah para dialogar con los funcionarios del gobierno regional del Kurdistán. También visitó Nayaf y Karbala donde visitó los mausoleos sagrados para los chiíes.
Esta visita pone de relieve la importancia de Irak en términos geopolíticos y geoeconómicos para la República Islámica. El objetivo de este artículo es el de arrojar luz a las relaciones recientes entre ambos países y analizar la importancia de Irak para la seguridad y la estabilidad de Irán en particular y de la región en general. En este sentido, hay que tener presente que la convergencia entre la República Islámica de Irán e Irak en esta región y sus relaciones bilaterales pueden influir en la seguridad regional y elevar el nivel de esta seguridad, así como reducir los problemas en la región.
La estrategia de política exterior de Irán hacia Irak tras la caída de Saddam Hussein ha estado influenciada por diversos factores, como elementos geográficos, económicos, el eje de la Resistencia, entre otros. Esta estrategia, en el contexto de la ocupación estadounidense de Irak, la disolución del gobierno y el ejército en el país, y las perspectivas particulares de los países de la región, ha llevado a un aumento gradual del poder regional y global de Irán en el nuevo Irak.
Después de la caída de Sadam Husein, la política exterior de Irán en Irak contribuyó, por un lado, a la formación de seguridad en el país, ya que, tras la caída del régimen baazista y la disolución del ejército, Irak se vio envuelto en crisis de seguridad. Irán desempeñó un papel central en la configuración de la nueva seguridad en Irak, tanto en términos de seguridad física como cibernética. Sin embargo, por otro lado, la intervención de otros países regionales, como Arabia Saudita, ha generado nuevas crisis de seguridad en Irak.
a política exterior de Irán en el periodo posterior a Sadam ha experimentado transformaciones profundas y ha adquirido características únicas en comparación con el pasado. Los esfuerzos de los líderes iraníes a lo largo de estos años se han enfocado en implementar medidas adecuadas para equilibrar la política exterior del país. Estos esfuerzos han dado lugar a una diplomacia activa en Irak, algo que antes no era posible. Entre 2003 y 2014, no se logró un acuerdo que reflejara un equilibrio entre las potencias regionales en Irak, lo que contribuyó a aumentar la inestabilidad en el país.
El sistema parlamentario en Irak, la mayoría chiita, la influencia y las buenas relaciones de Irán con los chiitas, la retirada de las tropas estadounidenses y la crisis siria, han permitido a Irán mantener una significativa influencia y relaciones estratégicas con Irak durante las tres elecciones mencionadas. Mientras tanto, Turquía y Arabia Saudí no lograron obtener éxitos significativos en las elecciones parlamentarias iraquíes.
La invasión estadounidense en 2003 y la caída de Saddam llevaron a Irak a una etapa crucial en su historia. Las nuevas condiciones actuaron como un resorte que liberó su energía acumulada. La aparición de ideas, grupos, y personajes, así como la influencia de actores regionales y no regionales, transformaron rápidamente la escena interna del país. Aunque la retirada de las fuerzas estadounidenses redujo algo las tensiones, el surgimiento de ISIS exacerbó las heridas abiertas por décadas de dictadura y ocupación, aumentando la devastación y los problemas.
En los últimos años, especialmente tras el colapso del grupo terrorista Daesh, se observa una acción particular en el comportamiento de la política exterior de Irak. El cambio en la estructura del poder y del gobierno en Irak ha facilitado la presencia e influencia de actores regionales como Irán. La cuestión que se plantea es qué política ha adoptado la República Islámica de Irán hacia Irak después de Saddam y cuáles son sus objetivos.
Antes de entrar a abordar estas cuestiones, se debe empezar definiendo a la República Islámica como un poder regional. De manera general, se puede definir un poder regional como aquel que cumple en menor o mayor mediada los siguientes puntos:
Recursos de Poder: Poseer recursos de poder es esencial para cualquier potencia militar, y la potencia militar en sí misma debe ser efectiva.
Ser un Polo Regional: Ser uno de los centros de poder en la región.
Influencia Cultural y Normativa: Tener el poder de moldear y establecer normas y culturas en la región.
Impacto en las Tendencias Regionales: Influir en el desarrollo de los acontecimientos y las crisis regionales.
Capacidad de Manejo de Crisis: Poder formar y gestionar crisis regionales.
Posicionamiento Especial en Política Exterior: Tener un estatus especial en la política exterior tanto a nivel regional como transnacional.
Participación en el Orden Regional: Contribuir a la creación y mantenimiento del orden regional.
Influencia en Interacciones Regionales: Poder impactar en las interacciones regionales.
Capacidad Defensiva: Tener la capacidad de defenderse contra otros países en la región.
Una potencia regional no solo debe mostrar interés por los asuntos de su región, sino también intervenir de manera efectiva en la resolución de crisis regionales cuando sea necesario. Esta intervención debe ir acompañada de una capacidad de influencia. Los problemas regionales mayores no se pueden resolver sin la presencia de una potencia regional. Esta debe demostrar su interés por desempeñar un papel de liderazgo y ser un estabilizador en la región. Según esta visión, la República Islámica puede ser definida como un poder regional.
Desde una perspectiva geopolítica, se pueden definir dos objetivos principales de Irán:
1. Eliminar amenazas y crear nuevas dinámicas internacionales:
Un objetivo clave de la política exterior iraní es reducir las amenazas que rodean al sistema de la República Islámica y establecer nuevas tendencias internacionales que favorezcan su estabilidad y seguridad.
2. Crear oportunidades y capacidades mutuas, y expandir la profundidad estratégica de la República Islámica:
Irán busca generar nuevas oportunidades y capacidades de cooperación, mientras amplía su influencia y profundidad estratégica en la región y más allá, fortaleciendo su posición en el escenario internacional.
Además de estas prioridades inmediatas, que incluyen la eliminación de amenazas y la creación de oportunidades, Irán necesita implementar mecanismos a largo plazo. Estos mecanismos comprenden estrategias culturales, herramientas comerciales y económicas (como inversiones conjuntas), y el fortalecimiento de la diplomacia pública en la región. El objetivo es alcanzar una posición que permita definir la influencia de su política exterior en la región, orientándose hacia una mayor profundidad estratégica para la República Islámica.
Concretamente, las prioridades políticas de Irán en relación con Irak después de Saddam Hussein se definen de la siguiente manera:
1. Relaciones Amistosas y Convivencia Pacífica:
Las relaciones entre Irán e Irak antes de la Revolución Islámica también enfrentaron desafíos. La invasión de Irán por parte de Sadam Husein y la guerra de ocho años que siguió refuerzan la necesidad de establecer relaciones amistosas como prioridad principal para Irán.
2. Seguridad y Estabilidad en Irak:
Con una frontera de 1500 kilómetros con Irak, Irán considera la seguridad y estabilidad de Irak como parte integral de su propia seguridad. La inestabilidad en Irak afecta directamente la seguridad interna de Irán, por lo que mantener la estabilidad en Irak es una segunda prioridad para Irán.
3. Preservación de la Integridad Territorial y Prevención de la Fragmentación de Irak:
Irán es sensible a la posibilidad de fragmentación de Irak. A pesar de las propuestas de dividir Irak en tres países (chiita, sunita y kurdo), Irán sigue de cerca y con seriedad la preservación de la integridad territorial de Irak.
4. Erradicación del Terrorismo:
La presencia de grupos terroristas takfiríes en Irak representa una amenaza significativa para la seguridad nacional iraní. Irán ha invertido recursos considerables en la lucha contra el terrorismo en Irak, considerando esta tarea como una prioridad fundamental.
5. Ratificación del Tratado Fronterizo de 1975:
Las disputas fronterizas entre Irán e Irak se resolvieron en parte con la firma del tratado fronterizo de 1975 en Argel. La consolidación y aplicación continua de este acuerdo son esenciales para la estabilidad y las relaciones amistosas entre ambos países.
6. Oposición a la Presencia Militar de EE.UU. en Irak:
Irán se opone a la presencia y dominio militar estadounidense en la región, no solo en Irak. Desde la invasión y la posterior presencia militar estadounidense, Irán ha mostrado desacuerdo con esta política, y la prolongación de la presencia militar estadounidense después de la derrota de Daesh sigue siendo una preocupación para Irán.
7. Fortalecimiento de los Vínculos Culturales e Islámicos:
Irán e Irak han disfrutado de siglos de relaciones culturales e islámicas cercanas. Decenas de miles de ciudadanos de ambos países tienen lazos matrimoniales, y seis santuarios chiitas se encuentran en Irak. Najaf, en particular, ha sido históricamente un centro de autoridad religiosa chiita. Mantener y profundizar estas relaciones es crucial para Irán.
8. Cooperación Colectiva a Largo Plazo en el Golfo Pérsico:
La cooperación estable y colectiva en el Golfo Pérsico es fundamental. Irak debe mantener relaciones amistosas no solo con Irán, sino también con Arabia Saudita y otros países árabes de la región. La estabilidad y seguridad en el Golfo Pérsico dependen en gran medida de la capacidad de Irán, Arabia Saudita e Irak para establecer y mantener vínculos armoniosos. Sin una cooperación sólida entre estas potencias regionales, la seguridad sostenible en la región seguirá siendo una meta esquiva.
La política exterior equilibrada que Irán ha adoptado en Irak tras la derrota de Daesh ha tenido varias repercusiones significativas tanto para Irak como para la región en general. A continuación, se destacan los principales resultados:
1. Estabilidad Regional Aumentada:
La intervención de Irán en Irak ha contribuido a una mayor estabilidad en el país. Al apoyar al gobierno iraquí en la lucha contra Daesh y en la reconstrucción postconflicto, Irán ha ayudado a evitar el resurgimiento de grupos extremistas y a consolidar un gobierno central fuerte y funcional.
2. Fortalecimiento de Relaciones Bilaterales:
La política exterior equilibrada ha fortalecido las relaciones entre Irán e Irak. La cooperación en asuntos de seguridad y en la reconstrucción de infraestructuras ha creado una relación estratégica sólida, basada en intereses comunes y en la lucha contra amenazas compartidas.
3. Influencia Regional Ampliada:
Irán ha utilizado su papel en la estabilización de Irak para ampliar su influencia en la región. Al colaborar estrechamente con Irak en la reconstrucción y en la seguridad, Irán ha consolidado su posición como un actor clave en la política regional, promoviendo sus intereses y fortaleciendo su influencia geopolítica.
4. Desafíos y Tensiones:
A pesar de los beneficios, la política exterior equilibrada también ha presentado desafíos. La presencia de Irán en Irak y su apoyo a ciertos grupos han generado tensiones con otros actores regionales, incluidos algunos países árabes y Estados Unidos. Manejar cuidadosamente estas relaciones ha sido fundamental para mantener el equilibrio.
5. Avances en la Reconstrucción y Desarrollo:
La colaboración en la reconstrucción de Irak ha llevado a avances significativos en el desarrollo económico y social del país. Proyectos conjuntos e inversiones han revitalizado la infraestructura y mejorado las condiciones de vida en las áreas afectadas por el conflicto.
En resumen, la política exterior equilibrada de Irán en Irak post-Daesh ha tenido un impacto significativo en la estabilidad y en las relaciones bilaterales, aunque también ha planteado desafíos que requieren una gestión cuidadosa para mantener un equilibrio regional positivo.
La invasión estadounidense de Irak y la caída del régimen de Saddam Hussein marcaron el inicio de una serie de transformaciones que no solo redefinieron el poder y la política en Irak, sino que también condujeron a cambios en el panorama de poder, política, seguridad y relaciones exteriores en el Medio Oriente. Dado que el tipo de gobierno futuro en Irak y la configuración de las relaciones bilaterales afectan directamente la política exterior de Irán, esta formulación de política puede considerarse una entrada estratégica de Irán en el escenario regional y mundial.
De hecho, la política exterior de la República Islámica de Irán hacia Irak ha reforzado el papel de Irán como una potencia regional clave. La estrategia óptima de la política exterior iraní en el nuevo Irak, considerando la nueva posición regional de Irán y los cambios recientes en el contexto regional y global, es crucial. El cambio del régimen baazista y las transformaciones subsiguientes han sido un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países.
La visita del presidente Pezeshkian subraya la importancia de Irak y la necesidad de mantener una política de buena vecindad que no solo refuerce el papel regional de Irán, sino que también proporcione la estabilidad necesaria a la región.