Publicada: sábado, 25 de mayo de 2024 18:36

Una de las principales doctrinas que guiaron la política exterior del presidente Raisi y su ministro de Asuntos Exteriores fue la conocida como “Buena Vecindad”.

Por: Xavier Villar

Esta doctrina debe entenderse en relación con otros dos posicionamientos en política exterior: por un lado, el apoyo a Palestina y al Eje de Resistencia, una prioridad fundamental para el gobierno de Raisi, y por otro, la política de “mirar hacia el Este”, una estrategia destinada a fomentar conexiones políticas, económicas y estratégicas con países del hemisferio oriental, especialmente en Asia, mientras se reduce la influencia occidental.

Desde el punto de vista de los desafíos y amenazas, el entorno vecinal de Irán, formado por 25 países, es considerado una de las regiones más conflictivas del mundo. Por ejemplo, después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, se produjeron numerosos cambios fronterizos en esta área, aumentando en muchos casos la tensión entre varios de estos nuevos países, como entre Azerbaiyán y Armenia. Del mismo modo, la llamada ‘Primavera Árabe’, que tuvo lugar entre 2010 y 2011, también afectó el entorno vecinal iraní. Además, la mayor amenaza terrorista mundial, Daesh, también surgió y se desarrolló en esta región.

Si se consideran además las guerras civiles, los golpes de Estado y las disputas intergubernamentales por recursos y fronteras, resulta comprensible por qué este entorno es una de las regiones más conflictivas y críticas del mundo.

Debido a esta situación regional, el gobierno de Raisi decidió basar su política exterior en la doctrina de “Vecindad y Convergencia”. El propósito de esta doctrina es aprovechar las oportunidades y gestionar los desafíos en el entorno vecinal, así como reorientar adecuadamente la política exterior del país.

En primer lugar, el concepto de vecindad puede entenderse como la cercanía entre personas que viven próximas entre sí. En una definición más precisa y relacionada con el ámbito de las relaciones internacionales, los países vecinos tienen dos características bien definidas: primero, se encuentran en un espacio geográfico específico que es físicamente cercano y contiguo; y segundo, los cambios y políticas de uno pueden influir en el otro y viceversa.

De acuerdo con la definición anterior, la proximidad geográfica o la contigüidad es la característica primaria y fundamental que define el concepto de vecindad. Basándose en esto, en las relaciones internacionales y el derecho internacional, se hace hincapié en el principio de "buena vecindad" para regular las relaciones entre países vecinos. Este principio es fundamental y aceptado a nivel mundial, y se considera un componente esencial para las relaciones pacíficas entre naciones.

El principio de buena vecindad requiere abstenerse de realizar cualquier acción que pueda perturbar las relaciones entre dos países vecinos. En otras palabras, implica el desarrollo de relaciones normales y pacíficas entre naciones colindantes, algo considerado esencial por el gobierno iraní.

Sin embargo, en política exterior y en las relaciones internacionales, el concepto de “vecindad” es mucho más relevante que el mero hecho de ser “vecinos”. Mientras que ser vecinos es simplemente una cuestión geográfica con relaciones basadas en cuestiones fronterizas, la vecindad marca el comienzo de una relación política basada en la confianza y el respeto mutuo.

Es por esta razón que el decimotercer gobierno de la República Islámica situó de manera oficial la política de “vecindad y convergencia regional” en el eje central de su política exterior. Antes de este gobierno, a pesar de los eslóganes generales sobre el desarrollo de relaciones con los vecinos en administraciones anteriores, esta política no pasó de ser un simple lema. No se presentó ningún plan o programa para su implementación, ni hubo acciones significativas y con objetivos claros por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y las autoridades diplomáticas para mejorar las relaciones con los países vecinos.

En este sentido, se pueden recordar las palabras de Raisi en su ceremonia de investidura: “Extiendo la mano en señal de amistad y fraternidad a todos los países de la región, especialmente a los vecinos, y la estrecho calurosamente. La República Islámica de Irán considera a los países y pueblos vecinos como parientes, y su principal prioridad en política exterior es mejorar las relaciones con ellos, deseando su dignidad y progreso”.

Asimismo, durante su visita a Qatar, en una reunión especializada con empresarios y actores económicos qataríes e iraníes, Raisi enfatizó: “La política exterior de la República Islámica de Irán se basa en el desarrollo de relaciones de vecindad, y creemos que existen muchas capacidades en los países vecinos que deben ser revitalizadas”.

La visión más importante y completa del presidente Raisi sobre la política vecinal se presentó durante su discurso en la septuagésima octava sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2023. En este discurso, por primera vez, Raisi enfatizó “la vecindad” junto con “la convergencia”, ofreciendo una perspectiva más clara sobre la política vecinal y sus marcos: “En un momento en que algunas potencias están llevando al mundo hacia más guerras, la República Islámica de Irán ha planteado la política de ‘vecindad y convergencia’”.

Según Raisi, la política vecinal no se trataba simplemente de una política limitada a los vecinos geográficos, sino una política amplia y regional. El presidente añadió: “La política vecinal es una política benévola para la región, y en este sentido, la cooperación económica amplia y el fortalecimiento de los lazos infraestructurales están en la vanguardia de las prioridades regionales”.

Durante ese discurso en la ONU, el presidente también puso el foco en la necesidad de una estrategia conjunta de seguridad regional, basada en la búsqueda de soluciones intrarregionales y sin intromisión extranjera: "En términos de seguridad, la política vecinal buscaba garantizar una seguridad sostenible a través de la cooperación intrarregional y prevenir la intervención extranjera. Desde el Cáucaso hasta el Golfo Pérsico, cualquier presencia extranjera no era solo parte de la solución, sino en sí misma un problema. Consideramos la seguridad de nuestros vecinos como nuestra propia seguridad, y cualquier inseguridad para ellos era una inseguridad para nosotros".

Por su parte, Hosein Amirabdolahian, el también fallecido ministro de Asuntos Exteriores, subrayó en varias reuniones y encuentros el desarrollo integral de las relaciones con los vecinos como uno de los ejes fundamentales de la doctrina de política exterior del decimotercer gobierno.

Uno de los objetivos prioritarios dentro de la doctrina de “Vecindad y Convergencia” es la restauración del equilibrio en política exterior. Este objetivo busca preservar la independencia del país y se basaría en tres principios fundamentales:

- En primer lugar, se puso el foco en la idea de equilibrio. Desde la perspectiva del gobierno de Raisi, el sistema de relaciones exteriores no podía ser homogéneo. Desde el punto de vista del decimotercer gobierno, el equilibrio significaba una interacción global basada en la justicia. En este contexto, cualquier país que estuviera más en sintonía con la lógica de la política exterior de la República Islámica de Irán y tuviera una mayor sincronización con sus intereses tenía una importancia estratégica mayor y, por lo tanto, tenía un peso mayor en la política exterior del país.

- El segundo principio, el equilibrio dentro de los diversos campos de la política exterior, significaba que no solo se ponía el foco en el ámbito militar-seguridad, sino que también se incluían los ámbitos económico, cultural y tecnológico.

- El tercer y último principio buscaba el equilibrio entre la política interna y la política exterior. Desde el punto de vista del decimotercer gobierno, la política exterior debía servir para fortalecer la economía interna. Por un lado, continuaba la política interna y, por otro, la fortalecía. Si la política exterior no contribuía a fortalecer la economía y la posición del país, era considerada como incompleta e ineficaz.

En este sentido, es importante destacar que para el gobierno del presidente Raisi, cumplir con el mandato del Líder de la Revolución Islámica de neutralizar las sanciones por todos los medios se convirtió en una prioridad. El gobierno consideraba el entorno vecinal de Irán como un mercado amplio, con una fuerte afinidad cultural y social, y lo más crucial, con un acceso directo a los vecinos a través de fronteras contiguas y controles de sanciones mucho menores en comparación con las fronteras y corredores internacionales. Esto proporcionaba el contexto más adecuado para la neutralización de las sanciones.

Además, otro de los objetivos más importantes de la política de vecindad era la integración de Irán en corredores económicos. Esta integración convertía la ventaja geográfica y geopolítica del país en una ventaja geoestratégica y geoeconómica. A pesar de la excepcional capacidad geopolítica de Irán para conectarse a corredores económicos, el país había sido prácticamente excluido de este campo, mientras que las potencias mundiales competían por ellos.

Países vecinos como Pakistán, Turquía, Azerbaiyán, Irak, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí estaban (y continúan estando) activamente involucrados en diseñar y ejecutar estos corredores económicos. En este contexto, el gobierno de Raisi trabajó para enfrentar esta exclusión y marginación de Irán de estos proyectos. Su enfoque no solo implicaba revitalizar y desarrollar las relaciones con los vecinos, sino también desempeñar un papel central en proyectos de este tipo, desde oriente a occidente y desde norte a sur, en el marco de la política de vecindad.

Es importante recordar que una de las políticas clave de Estados Unidos y sus aliados es contrarrestar a Irán mediante la idea de securitización, creando una percepción de amenaza regional y global. La razón principal detrás de esta política es el comportamiento políticamente independiente de la República Islámica de Irán respecto al sistema global, basado en la hegemonía de Estados Unidos.

Este proyecto de securitización contra Irán estaba (y está) dirigido principalmente a los países vecinos de Irán. Por lo tanto, la política de vecindad impulsada por el Gobierno de Raisi y por el ministro de Exteriores, Amir Abdolahian, no solo logró detener el avance de la securitización en la región, sino que también se puede decir que posicionó a la República Islámica como uno de los principales defensores de la estabilidad en la región.

Para concluir, se ha de señalar que el gobierno de Raisi estableció su política exterior sobre la base de la doctrina de vecindad y convergencia, reconociendo el vacío histórico en la política vecinal de Irán y la falta de atención a sus oportunidades. Dentro de este marco doctrinal, el desarrollo de relaciones con los vecinos y el avance de la convergencia de los intereses regionales se han convertido en elementos irrenunciables para futuros gobiernos: continuar construyendo una región basada en el respeto a la integridad territorial, la no injerencia en asuntos internos, la seguridad cooperativa y el intercambio mutuo.