“A bordo del An-12 accidentado hoy (miércoles) en Sudán del Sur, viajaban 18 personas: 16 miembros de la tripulación y 12 pasajeros; tres de ellos (de nacionalidad sursudanesa) han sobrevivido”, ha indicado el portavoz de la Presidencia sursudanesa, Ateny Wek Ateny.
A bordo del An-12 accidentado hoy (miércoles) en Sudán del Sur, viajaban 18 personas: 16 miembros de la tripulación y 12 pasajeros; tres de ellos (de nacionalidad sursudanesa) han sobrevivido”, ha indicado el portavoz de la Presidencia sursudanesa, Ateny Wek Ateny.
La fuente precisa que de los seis tripulantes de la aeronave siniestrada —cinco armenios y un ruso—, ninguno ha sobrevivido.
Basándose en datos preliminares, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha confirmado, a través de un comunicado emitido en la misma jornada, la muerte de un individuo de nacionalidad rusa que formaba parte de la tripulación.
La cartera añade que la embajada de Rusia en Kampala (Uganda) se ha encargado de investigar lo ocurrido para corroborar la noticia.
Por otra parte, un portavoz del Ejército de Sudán del Sur ha indicado a la agencia rusa de noticias Sputnik que el avión procedía de Tayikistán.
Aún se desconoce la cifra exacta de los muertos en este incidente, dado que el aterrizaje forzoso se ha producido en un campo de cultivo.
La emisora sursudanesa Radio Miraya ha anunciado la muerte de 41 personas, mientras que el Ministerio sursudanés de Transporte ha confirmado la recuperación de 36 cadáveres.
El An-12 no pertenecía a la ONU
Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS, en inglés) ha desmentido que el avión siniestrado haya pertenecido a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o que realizaba una misión de asistencia para este ente internacional. A pesar de ello, la UNMISS ha asegurado que contribuirá a las operaciones de búsqueda y rescate.
El avión accidentado pertenecía a la compañía sudanesa Allied Services Limited, donde rehusaron hacer comentarios al respecto.
Se trata del segundo accidente aéreo sufrido por Rusia en cinco días. El 31 de octubre, el avión ruso modelo Airbus-A321 que cumplía el vuelo comercial 9268 despegó de Egipto a las 3:21 GMT, para desaparecer de las pantallas de los radares 23 minutos después. Los fragmentos del aparato se hallaron dispersos en el centro de la península egipcia de Sinaí. Fallecieron las 224 personas que había a bordo.
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