En Managua, la capital nicaragüense, miles de partidarios del gobierno salieron a las calles para participar en la denominada “caminata justicia para las víctimas del terrorismo”.
Con mensajes en carteles llamando a la paz y a la no violencia, e imágenes de las víctimas, la población exigió justicia y reparación para las familias que han sufrido las acciones criminales de lo que llamaron “terrorismo golpista” en su intento por derrocar al gobierno.
De forma paralela, grupos opositores también organizaron una contramanifestación, exigiendo la renuncia de Daniel Ortega.
Los datos oficiales señalan que los actos de violencia y vandalismo de los grupos opositores armados han dejado al menos 300 muertos y centenares de heridos en toda Nicaragua en los últimos tres meses.
Las protestas violentas contra el gobierno comenzaron en rechazo a un proyecto de ley de seguridad social. Aunque esa ley fue derogada, continuaron los disturbios, desoyendo los llamamientos al diálogo del gobierno.
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