Después de que hace cuatro meses, el rey emérito de España, Juan Carlos primero, se exilió a Emiratos Árabes Unidos (EAU), su abogado informa de que el monarca ha abonado una deuda tributaria de casi 680 mil euros. Con esta medida, el exjefe de Estado, regulariza más de medio millón de euros no declarados que gastó entre 2016 y 2018 con tarjetas de crédito opacas y con unos fondos cuyo origen forma parte de una investigación de la Fiscalía.
Según el diario El País, fueron unas tarjetas de crédito que el empresario mexicano Allen Sanjinés-Krause puso a disposición de la Familia Real pero que no se declararon oficialmente. Y de acuerdo al diario “El confidencial”, incluso los nietos del rey, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, hermanos e hijos de la infanta Elena de Borbón, pagaron gastos personales a cuenta de esas tarjetas. Todo esto ha generado críticas, sin embargo el Gobierno español ha preferido evitar comentar al respecto.
Las reacciones de los partidos políticos han sido diferentes. El Partido Popular y Vox defendieron el derecho del rey emérito a regularizar. En cambio, Unidas Podemos lo tacha de vergüenza internacional. Desde Ciudadanos también llegaron reproches.
La declaración voluntaria de estos gastos fiscales no contemplan otros de los movimientos de dinero del rey Juan Carlos I que la Justicia tiene bajo la lupa. El rey emérito tiene otras causas abiertas en el Tribunal Supremo, donde se encuentra aforado.
La investigación sobre el supuesto cobro de comisiones ilegales por las obras del AVE en la ciudad saudí de La Meca en 2014. Y las cantidades de las que disponía el exjefe del Estado en Suiza, donde recibió un regalo en 2008 del entonces rey de Arabia Saudí de 100 millones de dólares. Y que según los medios, en 2012 vació estas cuentas y donó el dinero a su amante Corinna Larsen.
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