Durante el encuentro trilateral del secretario de Estado estadounidense en Beirut, el presidente de la República, Michel Aoun, le insistió en frenar al régimen de Israel en la construcción de un muro de hormigón.
También el presidente del Parlamento de El Líbano, Nabih Berri, recalcó las violaciones e intenciones de Tel Aviv de hacerse con parte de aguas libanesas ricas en gas y crudo, y con el primer ministro, Saad Hariri, se alzó en rueda de prensa las palabras de “diálogo” y “acuerdo”.
Estados Unidos pone sobre la mesa de nuevo la propuesta Hoff de reparto de aguas entre los territorios ocupados por el régimen de Israel y El Líbano, algo que Beirut rechaza contundentemente.
¿Proponer una partición de aguas libanesas o imponerla? ¿Pensar en la paz en Oriente Medio o en los intereses israelíes? Son preguntas que todo el mundo se hace mientras oye cómo desde el régimen de Israel proponen lanzar un ataque contra un frente norte que puede incluir El Líbano.
Pero EE.UU. busca disminuir la influencia y la fuerza del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). El diputado de este movimiento Mohamad Fneish respondió que Washington y su terrorismo contra Latinoamérica no está en calidad de llamarles a ellos terroristas. El bloque político de Hezbolá dijo que ante la ocupación israelí, Siria es una fuerza de apoyo para El Líbano.
Fuerzas externas pujan por dirigir la balanza a favor de Israel. Pueden esperar sentados porque El Líbano niega que vaya a ceder ni un centímetro de su soberanía.
Isabel Pérez, Beirut.
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