A partir de la próxima semana, el Gobierno de Joe Biden reinstalará el programa Protocolos de Protección a Migración, conocido informalmente como “Quédate en México”, un programa que Biden ordenó detener por considerarlo inhumano, pero que ahora dice que tiene que reactivar por orden judicial.
La reactivación del plan ha llenado de desesperación los campos de migrantes. Para los solicitantes, de asilo, “Quédate en México” significa esperar meses en los estados del norte de México, donde los índices de violencia son altos y la presencia de traficantes de personas es fuerte.
Según, la ONG Human Rights First, se han reportado más de mil 500 casos de violaciones, secuestros y torturas en contra de estos inmigrantes que esperaban en México a ser admitidos en Estados Unidos.
Aún así, México asegura que atendió junto con Estados Unidos “todas las preocupaciones de índole humanitaria. Hace dos semanas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó a Washington varias condiciones para dar este paso. Para México, el fenómeno de la crisis migratoria debe ser atendido desde sus raíces, acelerando los programas de cooperación para el desarrollo en el sur de su territorio y en Centroamérica.
El programa prevé aumentar las inversiones en El Salvador, en Guatemala y en Honduras. En este último país empezará a ensayarse. El objetivo es beneficiar a medio millón de jóvenes en situación de riesgo.
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