El comandante de la Fuerza Terrestre del Ejército iraní, el general de brigada Kiumars Heidari, ha aconsejado este martes a los enemigos que detengan la hostilidad hacia la República Islámica, pues, en caso de lanzar una invasión contra el país persa, no serán ellos los que la terminarán, ha advertido.
“Si los enemigos cometen una estupidez e invaden nuestro país de cualquier manera, […] terminaremos con su vergonzosa acción en el menor tiempo posible”, ha afirmado el alto cargo militar iraní, durante su visita a puestos fronterizos de la provincia iraní de Jorasán del Sur (sureste).
La República Islámica de Irán ha conseguido en los últimos años avances considerables en la industria defensiva, a pesar de sufrir sanciones, y ha logrado la autosuficiencia en la producción de varios equipos y sistemas militares durante cuatro décadas tras la victoria de la Revolución Islámica.
De hecho, Irán se encuentra en la actualidad entre los cinco primeros países del mundo en la fabricación de aviones teledirigidos y misiles y constituye una superpotencia de drones, según muchas estrategas militares.
Las autoridades iraníes han asegurado en reiteradas ocasiones que su capacidad militar es su línea roja y que darán una respuesta aplastante a la más mínima intención de socavar la seguridad del país.
Mientras tanto, han asegurado que su doctrina de defensa se basa completamente en la disuasión, y que su poder militar no representa amenaza alguna para los países regionales, ni para las demás naciones.
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