En una reciente entrevista con el canal estadounidense Fox News, el presidente estadounidense, Donald Trump, mencionó que el presidente chino, Xi Jinping, le había asegurado en una llamada que no habría ataque a Taiwán durante su mandato.
Al respecto, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, subrayó que “ninguna fuerza” podrá separar a Taiwán de China y enfatizó que la “reunificación” es una “misión histórica inevitable”.
Además, destacó que Pekín aboga por una reunificación pacífica, pero también mantendrá su firme determinación de proteger la soberanía y la integridad territorial del gigante asiático.
Pekín no ha excluido la posibilidad de recurrir a la fuerza para lograr la “reunificación” de Taiwán con la China continental, un objetivo a largo plazo establecido por Xi desde que asumió el poder en 2012.
La tensión entre China y Taiwán tiene profundas raíces históricas. Pekín considera a Taiwán parte de su territorio, aunque la isla se gestiona con su propia administración desde 1949.
Sin embargo, el Gobierno chino busca la reunificación completa en el marco del principio de “una sola China”. La mayoría de los países reconocen a la isla como parte integral del gigante asiático.
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