“Hong Kong es una región administrativa especial de China y los negocios de Hong Kong son asuntos internos de China y, ni un país, organización o persona alguna, pueden tener derecho a interferir con los asuntos internos de China”, ha dicho este sábado el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang.
Desde el domingo pasado se han registrado varias protestas en Hong Kong contra una enmienda de ley que permitiría a Hong Kong extraditar a supuestos criminales para enfrentar un juicio en China.
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Ante tales manifestaciones, el Gobierno local ha suspendido este sábado la polémica ley de extradición a China. De hecho, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, ha aplazado sin fecha el debate parlamentario de dicho proyecto de ley.
Hong Kong es una región administrativa especial de China y los negocios de Hong Kong son asuntos internos de China y, ni un país, organización o persona alguna, pueden tener derecho a interferir con los asuntos internos de China”, ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Geng Shuang.
Hong Kong leader Carrie Lam has shelved the controversial #extraditionbill that led to violent clashes, but many say a mere suspension is not enough. https://t.co/sN8kQ9cCtZ pic.twitter.com/66NxC0elwV
— SCMP News (@SCMPNews) June 15, 2019
El portavoz chino ha expresado su apoyo a dicha decisión. “Apoyamos, respetamos y entendemos esta decisión”, pues, de hecho, se trata de un esfuerzo para “escuchar más” opiniones sobre el proyecto y “restablecer la calma cuanto antes” en el territorio, pero ha aclarado que Pekín garantizará los derechos y libertades de los hongkoneses que sean juzgados en China.
“Nuestra determinación para salvaguardar la soberanía y la seguridad de China, así como la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong siguen siendo inamovibles”, añade, respondiendo de esta forma a la postura “irresponsable” de EE.UU. respecto a los últimos desarrollos en Hong Kong, y con ello se refería a las declaraciones de la portavoz del Departamento estadounidense de Estado, Morgan Ortagus, en las que expresó la gran preocupación de Washington por la propuesta de ley en cuestión, alertando de que “podría socavar la autonomía de Hong Kong”.
Efectivamente, en reiteradas ocasiones, China ha acusado a EE.UU. de tratar de “alterar” la situación de Hong Kong interviniendo en sus asuntos internos, y ha advertido de que tales provocaciones tendrán como consecuencia “una mala reacción”.
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