Piñera, de 68 años, ha prometido retomar el crecimiento económico, impulsar las ralentizadas inversiones, mejorar los empleos y la seguridad pública e impulsar leyes que protejan a la infancia y regulen la creciente inmigración extranjera.
“Siento que ahora tengo más experiencia, madurez, más sentido de la importancia de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos”, ha reconocido esta semana Piñera.
Además, ha afirmado que la experiencia adquirida durante su primer periodo de gobierno, entre 2010 y 2014, le servirá para buscar acuerdos nacionales con una fraccionada centroizquierda.
Aunque Piñera derrotó en diciembre de 2017 al candidato de centroizquierda, Alejandro Guillier, con el 54 % de los votos, frente al 45 % de su rival, tendrá un Congreso sin mayorías.
Siento que ahora tengo más experiencia, madurez, más sentido de la importancia de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos”, ha reconocido esta semana el presidente electo, Sebastián Piñera.
Deberá asumir, con o sin modificaciones, una serie de proyectos que Bachelet dejó en el Congreso, incluido uno sobre el matrimonio igualitario que, para Piñera, es inaceptable porque afirma que este solo debe ser entre un hombre y una mujer.
También deberá abordar reformas educativas pendientes con las que Bachelet logró favorecer al 60 % de los estudiantes universitarios más pobres y que aspiraba a alcanzar la gratuidad universal, rechazada por Piñera, quien, sin embargo, no cuenta con la mayoría necesaria para deshacer las modificaciones emblemáticas de la mandataria saliente.
Bachelet se despidió de los chilenos con un mensaje en Facebook en el que aseguró que está “profundamente orgullosa de las transformaciones que impulsamos estos años” y está convencida de que Chile es hoy un país más “justo, equitativo y libre”.
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