Los manifestantes, la mayoría familiares de los militares muertos y heridos en la guerra contra Yemen, se congregaron frente al Ministerio de Defensa en Riad (capital), donde gritaron eslóganes para exigir el fin de los ataques al vecino sureño.
Según la agencia iraquí de noticias Alwaienews, ninguna de las autoridades saudíes se presentó ante los manifestantes para responder a sus reclamaciones.
Por otra parte, la agencia yemení de noticias Alittihadpress ha informado de que los ciudadanos emiratíes han lanzado por primera vez masivas campañas contra la agresión militar a Yemen, de la que forma parte también el Ejército de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Los activistas emiratíes exigen la retirada inmediata de los soldados enviados a Yemen y poner fin a una guerra que, a su juicio, no concierne a su país.
Estas protestas tienen lugar un día después de que las fuerzas yemeníes atacaran con misiles balísticos una base militar de las fuerzas extranjeras en el centro de Yemen, dejando muertos a decenas de soldados saudíes y emiratíes, entre otras nacionalidades.
Tras esta operación, que de acuerdo con los medios de comunicación árabes creó un “viernes negro” para las fuerzas foráneas en Yemen, el primer ministro emiratí, Mohamad bin Rashid Al Maktum, ignorando la opinión pública de su país, prometió seguir los ataques contra el territorio yemení hasta la “victoria final”.
Por otra parte, los aviones de guerra saudíes y emiratíes lanzaron durante la jornada del sábado indiscriminados bombardeos contra Saná, capital de Yemen, provocando la muerte de una treintena de civiles.
Pese a unos 160 días de incesantes ataques militares contra Yemen, que han provocado la muerte de 2112 civiles, Arabia Saudí y sus aliados no han logrado ninguno de sus objetivos definidos, es decir, eliminar de la ecuación al movimiento popular yemení Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
rba/ctl/msf
