Con motivo del “Día Nacional del Grito a la Cara de los Agresores”, los manifestantes yemeníes han participado este viernes en una manifestación masiva en Saada, en el noroeste de Yemen, para reafirmar su determinación de continuar con su “enérgica resistencia” ante las atrocidades de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí.
Los manifestantes han ondeado la bandera nacional de Yemen coreando consignas vociferantes como “Muerte a EE.UU.”, “Muerte a la Casa de Saud” y “Muerte a Israel”, al tiempo de expresar rabia e indignación por los continuos crímenes de los Al Saud contra el pueblo yemení.
“El lema ‘Grito a la Cara de los Agresores’ rompe el largo silencio sobre asuntos internos y revela las conspiraciones de los enemigos. Tiene un papel fundamental en la preservación de la identidad religiosa de Yemen”, han subrayado los yemeníes, mediante un comunicado conjunto.
En las imágenes publicadas de los actos, se ve a los manifestantes llevando banderas yemeníes, así como carteles y fotografías de los líderes anteriores y actuales del movimiento popular yemení Ansarolá, Husein Badr al-Din al-Houthi y Abdulmalik al-Houthi, respectivamente.
La nota conjunta ha advertido a los agresores militares de la coalición saudí-estadounidense que no persisten en sus asaltos, pues, Yemen “seguirá siendo un país libre e independiente”, ha destacado.
“La nación yemení debe cumplir con sus deberes y movilizar fuerzas en masa contra los enemigos. Instamos a las personas amantes de la libertad en los territorios yemeníes ocupados por Arabia Saudí a que se enfrenten a las fuerzas de la coalición y sus mercenarios, y los expulsen de sus comunidades locales”, reza el texto.
De igual modo, ha alertado sobre el peligro de la normalización de relaciones con el régimen de Israel, reiterando así su plena preparación para “ponerse del lado del Eje de la Resistencia en la lucha contra la represión de la nación palestina”.
Arabia Saudí lanzó la devastadora guerra contra Yemen en marzo de 2015 en colaboración con sus aliados árabes y con el apoyo logístico y de armas de EE.UU. y otros Estados occidentales. Si bien esta agresión no logró cumplir ninguno de sus objetivos, la ofensiva se ha cobrado la vida de cientos de miles de yemeníes, generando la “peor crisis humanitaria” del mundo.
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