Un cohete tierra-aire de las fuerzas militares de Yemen, que operan con apoyo del movimiento popular Ansarolá, ha alcanzado un caza F-15, horas después de que otro avión de combate saudí, un Tornado de fabricación británica, fuera abatido en la provincia noroccidental de Saada.
Tras el anuncio de este importante contraataque aéreo, el comandante de las Fuerzas Aéreas yemeníes, el general Ibrahim al-Shami, ha advertido a las fuerzas agresoras de que no deben subestimar la defensa aérea del país.
En 2017, el Ejército de Yemen derribó unos 29 aviones de combate de los invasores enemigos, de acuerdo con los datos de fuentes de Ansarolá.
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