Es la segunda ola de la epidemia de cólera en menos de un año en Yemen, y comenzó a finales de abril. Una infección bacteriana altamente contagiosa que se transmite a través de alimentos o agua contaminada. Puede ser fatal en cuestión de horas si no se trata.
Ya están sonando las alamas. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advierte que el número de casos potenciales de cólera en Yemen se duplicará a finales de año, hasta superar los 600 mil. Especificó que uno de cada 45 yemeníes habrá contraído esa enfermedad hasta diciembre.
La guerra saudí, que desencadenó en 2015, ha destruido casi por completo los servicios de alcantarillado y potabilización de agua en uno de los países más pobres del mundo, lo que ha fomentado la expansión de la enfermedad.
Según los datos del CICR, más de 370 mil yemeníes están enfermos y 1800 han muerto por cólera desde finales de abril.
Pero el desastre no termina aquí. El asedio, la hambruna y el desplazamiento son otros desafíos a los que se enfrentan los yemenís. La situación es tan precaria que la organización humanitaria Care International la considera una vergüenza absoluta para la humanidad.
Esta oenegé alertó que el 60 por ciento del país se enfrenta a la inseguridad alimentaria, y más de la mitad de la población no tiene agua potable. Agregó que muchas áreas de Yemen están a un paso de la hambruna, e instó a la comunidad internacional a poner fin al sufrimiento.
xsh/rba