En el marco de esta operación, los combatientes de Ansarolá atacaron las posiciones del Ejército saudí y luego de duros enfrentamientos, les obligaron a retroceder del distrito de Al-Faridah, tal y como afirmó el martes el portal Web Al-Masdar News.
Las fuerzas populares yemeníes entraron al distrito, situado en el suroeste de la península, lo cual había estado prácticamente bajo el control del Ejército saudí.
En respuesta a una campaña militar que mantienen los Al Saud contra su vecino, los combatientes de Ansarolá lanzaron el pasado domingo un misil balístico contra la capital saudí, Riad, mientras que el Ejército advierte a Arabia Saudí de que en breve su potencial militar sorprenderá al régimen saudí.
En tal contexto, el presidente del Comité Supremo Revolucionario de Yemen, Mohamad Ali al-Houthi, aseguró el viernes que el Ejército yemení ha entrenado a 5000 combatientes populares para que defiendan al país ante las incesantes violaciones de Arabia Saudí.
Como otra muestra del poderío de las fuerzas yemeníes ante la campaña militar saudí, el Ejército, apoyado por Ansarolá, lanzó la noche del martes un misil balístico Zelzal-2 contra las posiciones de los mercenarios en la provincia suroccidental de Taiz (Yemen).
De acuerdo con una fuente militar, citada por la cadena estatal yemení Al-Masirah, el impacto del misil ocasionó daños materiales, además de dejar bajas en sus filas en las regiones de Al-Mizan y Sale.
La ciudad portuaria de Al-Moja, también ubicada en Taiz, fue en la misma jornada escenario de los enfrentamientos entre las fuerzas populares y del Ejército yemení. Decenas de mercenarios fueron abatidos y sus vehículos fueron destruidos.
Desde marzo de 2015, Arabia Saudí lleva a cabo una brutal aventura militar en Yemen que, conforme a las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado 10.000 muertos y 40.000 heridos.
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