“Para nosotros la Asamblea Nacional no existe”, dijo el funcionario venezolano durante una reunión con el Comando Central Bolivariano del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Caracas, la capital de Venezuela.
En las elecciones generales venezolanas del pasado 6 de diciembre, en las que participaron el 74 % de los habilitados para votar, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) consiguió 112 de los 167 escaños, asegurándose de este modo la mayoría calificada con la que la oposición estaría habilitada para realizar cambios en el Ejecutivo y hasta cambiar la Constitución.
Para nosotros la Asamblea Nacional no existe”, dijo el vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz.
El vicepresidente alegó que esta actitud del Gobierno venezolano frente al Poder Legislativo es debido a la supuesta falta de respeto de los parlamentarios hacia el Ejecutivo y afirmó que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro reconocerá al Parlamento cuando este "respete y reconozca los Poderes Públicos".
Al mismo tiempo arremetió contra la oposición venezolana por su decisión de llevar adelante el referéndum revocatorio contra Maduro, volviendo a hacer eco de las declaraciones de altos mandos oficialistas que acusan a la oposición de tratar de llevar a cabo un golpe de Estado.
"Están buscando una vía para dar un golpe de Estado, como ocurrió en Paraguay, Guatemala y está pasando en Brasil", agregó.
Además, insistió en que dicha medida aumenta la violencia en el país sudamericano y de este modo trata de entregarle el poder a la oposición, a quienes, también, volvió a vincular con supuestos elementos de “la ultraderecha internacional”.
Tras la victoria de la oposición venezolana en las elecciones generales de diciembre que dio fin a los cerca de 8 años de monopolio del chavismo en la Asamblea Nacional, ha habido un aumento drástico de tensiones entre el Parlamento y el Gobierno venezolano, en gran parte por sus profundas diferencias ideológicas y por los fallos del Ejecutivo en aliviar la crisis económica en Venezuela.
En estos momentos el país bolivariano enfrenta una inflación de más de 180 %, la más alta del mundo, la que llegaría a más de 2200 %, según pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
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