“Un refuerzo de dos decenas de coches blindados ingresó al distrito de Reyhanli, en el sureste de la provincia de Hatay”, informó el lunes una fuente militar castrense turca bajo condición de anonimato a la agencia local Anadolu.
Además, otro convoy de 20 vehículos y de tanques procedente de la provincia sureña de Mardin entró en el distrito de Viransehir, en el sureste de la provincia de Sanliurfa, añade la agencia turca.
A su vez, el corresponsal de Anadolu en la región también aseguro que salía un intenso humo de la región de Nesreyieh en Afrín, actualmente bajo el control de los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo), a los que Ankara considera “terroristas”.
Un refuerzo de dos decenas de coches blindados ingresó al distrito de Reyhanli, en el sureste de la provincia de Hatay”, informó una fuente militar castrense turca bajo condición de anonimato a la agencia local Anadolu.
El sábado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió de que Turquía seguirá con sus operaciones contra los terroristas en la ciudad de Afrín, en el norte de Siria.
En Afrín operan varias facciones kurdas, entre ellas, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG, en kurdo), afiliadas al PKK. Los Estados Unidos brindan apoyo estratégico y logístico a las YPG so pretexto de que combaten al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
En la actualidad, las relaciones entre EE.UU. y Turquía no pasan por su mejor momento debido al apoyo armamentístico de Washington a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —de las que las YPG forman parte— y el nuevo plan de la llamada coalición anti-Daesh para crear las llamadas “fuerzas de seguridad” cerca de la frontera turco-siria. Además, y como más importante, Ankara teme la creación de un estado kurdo en su frontera.
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