Según informa este sábado el rotativo turco Hurriyet Daily News, Turquía ha enviado camiones cargados con seis obuses y vehículos blindados a la provincia sureña de Kilis.
Los nuevos equipamientos reforzarán a las fuerzas turcas que ya se han desplegado en esa zona para hacer frente a la amenaza de las kurdo-sirias Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), agrega la fuente.
Esta provincia turca limita con la ciudad siria de Afrin, que se encuentra en poder de las YPG, brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo).
La medida de Ankara se produce semanas después de que medios locales hayan informado de que un convoy de 112 camiones que transportaban equipos militares de EE.UU. cruzó la provincia siria de Al-Hasaka, controlada por los kurdos del PYD.
Por otra parte, las regiones norteñas de Siria han vivido en los últimos días choques entre las fuerzas kurdo-sirias, apoyadas por Washington, y el Ejército turco, que realiza con gran frecuencia ataques de artillería.
A principios de agosto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que su país busca ampliar su presencia militar en el norte de Siria y reactivar la llamada Operación Éufrates a otras zonas del país árabe. En marzo, Ankara había puesto fin a este operativo, que Damasco tachaba de "ilegal".
Ankara ha reprochado una y otra vez el apoyo estadounidense a las milicias kurdas en Siria. Turquía considera que las FDS y las YPG son filiales del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una guerrilla separatista catalogada por Ankara y EE.UU. como “terrorista”.
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