“¡Oye Holanda! Si ustedes sacrifican las relaciones con Turquía en aras de las elecciones del próximo miércoles, tendrán que pagar un alto precio”, así ha advertido este domingo el dignatario turco, Recep Tayyip Erdogan.
En declaraciones ofrecidas durante un acto público en Estambul, el jefe del Gobierno de Ankara ha expresado su gran disgusto por la decisión holandesa de no permitir el aterrizaje del canciller turco en su suelo y también expulsar a la ministra turca de Familia.
¡Oye Holanda! Si ustedes sacrifican las relaciones con Turquía en aras de las elecciones del próximo miércoles, tendrán que pagar un alto precio”, advierte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
A este respecto, ha considerado que se tratan de decisiones a favor de los comicios generales del 15 de marzo en Holanda, las cuales benefician exclusivamente al candidato ultraderechista, Geert Wilders -quien ha pedido hoy expulsar al embajador turco y declarar personas no gratas a los funcionarios turcos.
Esta postura, ha añadido Erdogan al respecto, es el producto de un trauma completamente islamófobo y el reflejo del racismo y el fascismo que están en alza en Europa: “Occidente ha mostrado claramente su verdadero rostro en los últimos días”, ha subrayado.
Luego de afirmar que Ankara no ha hecho aún lo que se requiere en esta situación, ha recalcado que “ellos aprenderán lo que es la diplomacia y esto no puede quedar sin respuesta”.
“Sus acciones golpearán sobre ellos mismos como un bumerán”, ha precisado al tiempo que ha convocado a todos los nacionales turcos en Europa a levantarse contra este tipo de actos de infame.
La disputa entre Ankara y Ámsterdam empezó por la negativa del país europeo a la celebración de un mitin favorable al referéndum constitucional del próximo 16 de abril en Turquía, el cual planea ampliar los poderes presidenciales.
Tanto Holanda como Alemania, Suiza, Austria y el Consejo Europeo (CE) rechazan la iniciativa y afirman que se trata de una medida que viola la democracia y la libertad turcas, considerablemente violadas tras el fallido golpe de Estado del pasado mes de julio, con las masivas detenciones ordenadas por Erdogan.
La escalada de tensiones Turquía-Europa frustra las políticas turcas tanto a nivel nacional como a nivel internacional y aborta todos los planes de Ankara para integrarse en la Unión Europea (UE) y presentarse como un poder regional.
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