Según la agencia estatal turca de noticias Anatolia, las órdenes apuntan a los académicos de la Universidad Técnica Yikdiz en Estambul por presuntos lazos con el líder opositor Fethulá Gülen.
Conforme a la cadena de televisión NTV y otros medios turcos, como CNNTürk, unos 70 acusados han sido ya detenidos en operaciones en todo el país de la sección de la Policía encargada del crimen organizado.
Estos nuevos arrestos se suman a las 36.000 personas ya arrestadas bajo la misma acusación, entre ellos además de académicos se encuentran jueces, policías y funcionarios. Mientras tanto, unas 110.000 personas han sido suspendidas o cesadas.
La campaña de masivas detenciones en Turquía se inició tras el fallido golpe de Estado el pasado 15 de julio, del que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, culpa a Gülen, autoexiliado en Estados Unidos.
La represión de Ankara contra las personas relacionadas de forma remota a Gülen, o bien, según estimaciones alegadas por el Gobierno, es peor para los periodistas de este país, de manera que el Comité para la Protección de los Periodistas informa que Turquía se ha convertido en el mayor carcelero de periodistas del mundo.
El diario opositor turco Cumhuriyet tiene las peores condiciones, al tener más de 10 de sus empleados en la prisión, entre ellos se encuentran su editor, Akin Atalay, y su director ejecutivo, Murat Sabuncu.
El Gobierno y sus partidarios están detrás de una ola de demandas a la red social de Twitter para que elimine las publicaciones ofensivas, más que todos los demás países del mundo. De acuerdo con el Informe de Transparencia de Twitter de 20.000 cuentas afectadas en todo el mundo este año, 15.000 eran turcas.
Pese a la presión ejercida por el Gobierno, el pueblo turco, tanto en el país como en el extranjero, sigue protestando contra las políticas represivas de Erdogan, quien haciendo oídos sordos a todas las críticas, sigue adelante con sus represiones.
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