Transcurrida una semana del terremoto que sacudió la noche del domingo la provincia occidental de Kermanshah, fuerzas del Ejército, del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), miembros de la Media Luna Roja de Irán y fuerzas voluntarias siguen trabajando a contrarreloj para cubrir las necesidades de los damnificados en la provincia de Kermanshah.
Asimismo, desde todos los rincones del país, cargamentos de ayuda preparados por los ciudadanos se desplazan hacia las zonas afectadas. Además de agua y comida, los convoyes incluyen mantas, tiendas de campaña, moquetas y ropa caliente, para ayudar a los desplazados a tolerar las bajas temperaturas. Dentro de la zona también hay algunos grupos de voluntarios que preparan todos los días comida caliente para los damnificados.
Mientras, muchos iraníes, en distintas ciudades, siguen con la campaña de donación de sangre para ayudar a los heridos del sismo, quienes reciben tratamiento en los hospitales de campaña montados en la zona o han sido ingresados en diferentes hospitales repartidos a lo largo del país.
El terremoto del pasado domingo, de 7,3 grados de magnitud en la escala de Richter, afectó a 7 ciudades y cientos de pueblos en el oeste de Irán, dejando 433 muertos, más de 7 mil heridos y miles de desplazados.
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