La operación militar especial rusa en Ucrania, iniciada en febrero pasado, para desmilitarizar y desnazificar a Kiev, le llevó a Moscú miles de sanciones diplomáticas y económicas entre otros. El primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, celebró que los promotores estadounidenses y europeos de las sanciones sin precedentes antiruesas no lograron socavar la estabilidad financiera del país.
El jefe de Gobierno afirmó que el rublo se fortaleció, la caída del Producto Interno Bruto que predecían es mínima y que la inflación oscila entre 13 y 14% y no por encima de 30%. Subrayó que una política financiera responsable permitió nivelar el efecto de las restricciones occidentales.
Mishustin añadió que pese al intento de los países occidentales de limitar la exportación de productos energéticos rusos, los ingresos de Rusia, producto de la venta del petróleo y el gas han aumentado significativamente. En este contexto apuntó que también fracasaron los intentos de impedir la labor de las empresas rusas.
Ante las hostilidades del Occidente, Rusia tiene su mirada puesta en los mercados orientales. Representantes de unos 70 países asistieron en la VII edición del Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok. Moscú asegura que la estatua de la región del Lejano Oriente abre la apertura total del flujo de exportaciones hacia el este.
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