“Evaluamos lo ocurrido como un acto abiertamente hostil de Washington y una violación burda del derecho internacional, incluidas las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares y la convención consular bilateral”, puede leerse en una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa emitida este domingo.
Moscú había protestado ayer sábado tras ordenar el jueves el Departamento de Estado estadounidense, encabezado por Rex Tillerson, el desalojo y cierre antes del 2 de septiembre de tres sedes diplomáticas rusas, incluido el consulado ruso en San Francisco (oeste), en represalia por la reducción del despliegue diplomático estadounidense en Rusia.
Ayer sábado, agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) llevó a cabo un registro del consulado tras su desalojo, según se aprecia en un vídeo publicado por el canal estatal ruso RT. Según las autoridades estadounidenses, el registro se hizo con la presencia de diplomáticos rusos, dada la insistencia de estos en presenciar la escena.
Antes de esta, las redes sociales se habían llenado de comentarios, en buena parte burlones, sobre una humareda observada en San Francisco sobre el consulado, donde se presume que los funcionarios rusos estaban quemando material quizá comprometedor, quizá para evitar que cayese en manos de los agentes estadounidenses.
Evaluamos lo ocurrido como un acto abiertamente hostil de Washington y una violación burda del derecho internacional, incluidas las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares y la convención consular bilateral”, ha declarado el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa.
El comunicado de la Cancillería rusa llama a Washington a “retractarse y devolver con carácter inmediato los inmuebles diplomáticos de Rusia”, que incluyen además del consulado dos oficinas diplomáticas más, una en Nueva York (noreste) y la otra en Washington (capital).
“De lo contrario, EEUU cargará con la responsabilidad de la continua degradación de las relaciones entre nuestros países, de las que dependen en grado considerable la estabilidad mundial y la seguridad internacional”, advierte el Ministerio ruso.
A los funcionarios del consulado y sus familiares, entre los que hay menores y bebés, se les exigió que abandonaran sus hogares en un plazo de hasta 12 horas, siempre según Moscú.
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