Se trata del Iliá Muromets – la cabeza de serie del proyecto 21180 de rompehielos diésel-eléctricos rusos– que realizará tareas en los mares árticos en condiciones de hielos espesos, según el comandante en jefe de la Marina rusa, el almirante Vladimir Koroliov.
Según Koroliov, el Iliá Muromets es un buque multifuncional que además de romper el hielo, asiste en el despliegue de tropas y cumple funciones de remolque de buques de guerra.
Asimismo, su diseño hace que pueda transportar cargas en contenedores sobre la cubierta y bodega de carga, llevar a cabo investigaciones hidrográficas, extinguir incendios en plataformas de petróleo en alta mar, combatir los derrames de petróleo y llevar a bordo a unos 50 efectivos más.
El nuevo barco ruso está adaptado para entrar en las bases navales pequeñas, puesto que es relativamente pequeño, siendo de 85 metros (279 pies) de largo y 20 metros (65 pies) de ancho.
Por su parte, el gobernador de San Petersburgo, Gueorgui Poltávchenko, declaró que el nuevo rompehielos se integrará a las filas de la Flota rusa del Norte en 2017 y “será empleado para la conquista de las latitudes polares” del océano Glacial Ártico.
El referido rompehielos ruso se considera un nuevo avance en la Marina del país euroasiático, luego de que el presidente Vladimir Putin aprobara en noviembre de 2015 una nueva doctrina marítima que garantizara los intereses de su país en el mundo
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