El embajador ruso ante la OTAN, Alexandr Grushkó, lamentó que en lugar de convencer a las autoridades de Kiev para que cumplan con los acuerdos de Minsk, logrado en febrero de 2015 para cesar las hostilidades en la región del este de Ucrania, la Alianza Atlántica sigue apoyando al Gobierno del presidente Petro Poroshenko.
“Estamos preocupados por la implementación de programas bilaterales de cooperación entre Ucrania y los países miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ”, indicó Grushkó en una entrevista concedida el lunes al canal televisiva Rossiya 24.
Estamos preocupados por la implementación de programas bilaterales de cooperación entre Ucrania y los países miembros de la OTAN”, indicó el embajador ruso ante el bloque militar, Alexandr Grushkó.
El político ruso resaltó que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sigue entrenando a las fuerzas especiales y armadas del Ejército ucraniano. “Y nosotros vemos cómo estas unidades entrenadas se están acercando a la zona" de conflicto del este del país.
Desde el comienzo del conflicto en Ucrania, en abril de 2014, las dos regiones rusófonas de Donetsk y Lugansk han sido testigo de enfrentamientos mortales entre las fuerzas independentistas y el Ejército ucraniano, choques a raíz de los cuales cerca de 8000 personas han muerto y 1,6 millones han abandonado sus hogares para escapar de la violencia.
Las declaraciones de Grushkó se produjeron después de que Kiev aprobara la misma jornada del lunes reformas en materia de defensa, que van concomitante con lo dictado por el bloque militar. En virtud de esta reforma Ucrania se convertirá en un socio de la OTAN en 2020.
Poroshenko firmó en septiembre de 2015, el correspondiente decreto. Y, el pasado 20 de mayo, presentó una reforma del Ejército destinada a unirse a la Alianza Atlántica.
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