“La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha vuelto a la política de contención de Rusia, a los instrumentos de confrontación para garantizar su seguridad. Todo esto toma la forma de preparativos militares concretos en torno a las fronteras de Rusia”, alerta el representante permanente ruso ante la Alianza, Alexander Grushkó.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha vuelto a la política de contención de Rusia, a los instrumentos de confrontación para garantizar su seguridad. Todo esto toma la forma de preparativos militares concretos en torno a las fronteras de Rusia”, alerta el representante permanente ruso ante la Alianza, Alexander Grushkó.
En una entrevista publicada este lunes por la agencia rusa Interfax, Grushkó ha lamentado que la OTAN se haya vuelto a poner “la armadura de la Guerra Fría y no tiene intención de quitársela”.
Ha censurado asimismo los intentos de la Alianza Atlántica de forzar a los países europeos “esquemas de seguridad de la época de la confrontación”.
Pese a las acciones de la OTAN, Moscú siempre aboga por “una arquitectura de la seguridad común” basada en la indivisibilidad de la seguridad, ha sostenido el representante permanente ruso ante la Alianza.
Por otro lado, ha recordado el papel de Moscú en los diálogos nucleares entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Rusia, Francia, China más Alemania), la destrucción de arsenal de armas químicas sirias, así como la cooperación rusa en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), hechos que demuestran la ineficacia de los intentos de aislar a Rusia.
Tras el comienzo de la crisis ucraniana a principios de 2014, las relaciones entre Rusia y la Alianza se empeoraron hasta niveles no vistos desde la Guerra Fría.
La OTAN y EE.UU. han aumentado drásticamente su presencia militar en los países de Europa del Este, donde han construido seis nuevos cuarteles generales que funcionarán como centros de planificación y coordinación para misiones de entrenamiento de las fuerzas de respuesta rápida.
Rusia siempre ha criticado la expansión de la OTAN; el pasado jueves, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró la presencia militar de la Alianza cerca de sus fronteras como una amenaza de seguridad nacional.
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