Publicada: domingo, 9 de julio de 2017 1:29

En Panamá, la falta de confianza de la ciudadanía en sus autoridades, se ha convertido en una de las mayores amenazas para la gobernabilidad.

El pueblo panameño ya no cree en sus representantes ante el Estado y la corrupción se ha vuelto la moneda de cambio para pagar favores entre los órganos del Estado.

Envuelta en escándalos de corrupción, la Asamblea Nacional reanudó sus funciones esta semana, ante los cuestionamientos de diferentes grupos de la sociedad, quienes plantean que este importante órgano del Estado, bajo los hombros de los actuales diputados, le ha dado la espalda a sus electores, superponiendo intereses partidistas.

Con el apoyo de diputados del partido oficialista y varios de su propio colectivo, Yanibel Ábrego, representante de Cambio Democrático, del expresidente Ricardo Martinelli, fue electa para presidir el Parlamento panameño por los próximos doce meses.

Son cada vez más los panameños que desaprueban la falta de independencia entre las instituciones estatales, en el caso de la Asamblea, esta insuficiencia ha deteriorado en proporciones significativas su desempeño, distorsionando incluso la concepción de los diputados sobre sus funciones como parlamentarios.

La desconfianza y falta de credibilidad de muchos panameños en sus autoridades electas, se ha hecho notable en el arranque de esta cuarta legislatura y ya hay voces que exigen que ningún diputado sea reelecto en las próximas elecciones de 2019.

John Alonso, Ciudad de Panamá.

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