• Alpinistas iraníes tienen programas especiales en el mes de Ramadán
Publicada: sábado, 8 de abril de 2023 17:43
Actualizada: sábado, 8 de abril de 2023 18:12

Como muchos otros musulmanes en el mundo, los iraníes festejan el Ramadán, el mes del ayuno.

Al igual que algunos trabajos han cambiado su estilo y horario durante este mes, los deportistas también tienen sus programas especiales, tanto para practicar el ayuno como para mantener sus ejercicios.

A medida que la espiritualidad llena el aire en el sagrado mes de Ramadán, las actividades habituales, hasta los deportes, experimentan un aspecto distinto, como en el caso de los alpinistas.

El camino empieza desde mausoleo del Imam Zade Saleh, al noroeste de Teherán, hasta el del Imam Zade Davud, situada en una aldea cerca al oeste de la capital. Los alpinistas recorren unos 14 kilómetros, durante casi 9 horas.

El mejor momento para hacer ejercicios durante el mes de Ramadán es dos o tres horas antes de romper el ayuno. Como el alpinismo gasta bastante energía, los alpinistas dividen la ascensión en dos pausas y en la noche continúan el camino hasta el alba, cuando empieza de nuevo la jornada del ayuno.

Más adelante, en un jardín, otro grupo está preparando todo para la ruptura del ayuno, el paquete de Iftar contiene, entre otros, unos dátiles, dulces típicos de Ramadán, pan, queso, té, y Ash, un tipo de sopa de la gastronomía de Irán.

Después de casi dos horas de caminar llegan a la primera parada donde son recibidos por el equipo de apoyo, esperando la caída del sol que marca el fin de la jornada del ayuno.

Han participado 130 alpinistas de los que 60 son mujeres. Algunos practican de forma profesional esta disciplina deportiva durante años y otros son principiantes.

Todos coinciden en que el apego a la elegancia de las escaladas, la contemplación de la belleza de los paisajes y la relación íntima con la naturaleza les anima a soportar los desafíos de este deporte. El espíritu de equipo también es otro elemento esencial de la mentalidad de los montañeros, y cuando se mezcla con el espíritu de Ramadán, donde enfatizan los valores humanos de ayudar al prójimo, todo resulta más bello y atractivo.

Samaneh Kachui, Teherán.

kmd/hnb